Nos traen los
recuerdo del pasado en ellos volvemos a abrazar y reír con las personas que
tantos ratos buenos hemos pasado juntos. Con mi cuñado Vicentino fueron treinta
años conviviendo en su campo, lloviera, tronase, allí llegábamos la familia a dar
el coñazo. Su carácter pacífico y buena persona, allí supo cuajar alrededor de todos
lo que hoy se siente por él.
Los buenos ratos que pasamos
esos estarán de por vida.
Un día se le ocurrió pesarnos
en una romana, allí nos fue colgando como borregos entre sus cadenas.
Momentos para reír no
faltaron nunca, paciencia y su aguante no tenían límites.
Anoche en el sueño recordando
los viejos tiempo también nos reímos del tiempo pasado.
Gracias Vicentino.
Besos, el descanso lo
tienes bien merecido.
Buenas tardes familias.
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