En mitad de la noche desperté angustiada
fui a la cocina a beber agua, saciada la se me acerque al balcón a contemplar la
luna, al salir al balcón tropecé con algo que me impedía el paso, no veía con claridad
lo que era separé las cortinas y horrorizada volví a la cama, me arropé hasta la
cabeza, en ese momento me llama mamá, salté y fui a su encuentro, estaba en la cocina
sentada y vestida de negro, esto me dio que pensar ella no le gustó nunca ese color,
le dije -¿qué pasa? ¿Has visto lo que hay en el balcón?, -Sí. En él se encuentra
Enrique, tú abuelo y mira, el abuelo antes de morir medio esta caja y un ánfora
que guardo, y dijo, que a su muerte ese sería su ataúd, ¡y como comprenderás!, aquí,
no cabe, ¿qué hacemos? -tenemos que hacer lo que él dijo –vamos a pensar que lo
incineremos, peroooo, dejó claro que ya pasó demasiado calor en la siega. Él era muy cabezota y como no hagamos lo que dijo lo tenemos dando vueltas por la casa hasta conseguir su deseo.
Seguiremos buscando.
Buenas tardes amigos.
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