viernes, 26 de julio de 2019

El aburrimiento 16ª parte




La tarde fue provechosa la compañía de Maruja te hace olvidar.
Llegamos a casa tío Hisado, él era uno de los bares del pueblo donde nos encontramos las comadres, al llegar; ellas estaban tomando café, nos sentamos y al llegar el camarero Maruja dijo; para mí me traes un cubalibre, todas asombradas; un cubalibre, sí, ¡por qué no! -Hoy quiero salir de la rutina del café. Terminamos metidas en el abrevadero en las afueras del pueblo, ¡qué bien lo pasamos!
Los días iban pasando y no dejaba de dar vueltas al todo lo que acontecía en el desván esa tarde subí; con miedo, a inspeccionar las piezas de barro que cayeron de la bolsa del busto, puestas en la encimera cerca de la ventana observo que las figuras me recuerdan a algo visto en las cartas, fui a por ellas y las coloqué, según numeración seguidas de los trozos de barro, comprobando que ellas también estaban numeradas, procedí a la colocación y comprobé que en la parte final de las hojas  del primer folio aparecía una figura igual. Coloqué las figuras según numeración encima de las hojas, al encajar con el dibujo se iba introduciendo dentro de esta, al terminar de colocar la última se iluminaron a la vez y su luz encendió el busto que por sí solo dio la vuelta mirando donde me encontraba.
Sin pensar quité una de las piezas y la luz se apagó.
Cerré el cuarto el día se iba apagando dejando  tantas piezas del puzle sin terminar.
Buenas tardes amigos.

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