Esa noche estaba cansada y
dormí bien, bajé a desayunar Laura estaba sentada al lado de la chimenea. La
noté triste y me acerqué saludando y dando los buenos días. Le pregunté -¿Qué te pasa prima? Laura se
echó a mis brazos llorando. -¿Puedes decirme lo qué sea; te escucho? –Mira Rosa
no he venido por casualidad llevo mucho tiempo separada de mi esposo y ahora me
ha echado de casa para entrar a la querida y no tengo donde ir y ¿si quieres?,
me quedo una temporada hasta que encuentre algo, -¡Qué vas a encontrar con los
años que tienes!. No te preocupes de momento hay sitio para las dos, desayunamos
e iremos a ver a la “tía” Engracia ¿Te acuerdas de ella? –Poco, hace muchos
años de eso.
Salimos dando un rodeo el
pueblo a esas horas era silencioso, los niños están dormidos y los hombres en
el campo. Las mujeres estaban regando y barriendo sus puertas es una de sus
primeras tareas.
En Extremadura los veranos
son calurosos y las mujeres eligen esas tareas tempranas para evitar el
excesivo bochorno.
Al pasar por casa de la
señora Casilda le comenté a Laura -vamos a verla, he observado que deberías
comprarte unos vestidos nuevos ¡Si, te parece bien! -Laura contestó, no, yo
tengo falta de dinero y con estos tengo bastante. –Bueno, eso ya lo
arreglaremos. Al pasar por la Calle Larga le señalé la casa número 19 –mira ahí
vive la “Petra”, ¡Te acuerdas de ella! Era y es la mujer más guapa del pueblo
pero se enamoró del hijo del amo donde servía y se fue con él a Madrid. Estuvo
muchos años pero la hora de la verdad llegó y se vio sola con sus penas. En el
pueblo la gente la mira mal, ella era muy joven y el error lo ha pagado caro.
Ya en casa de la “tía”
Casilda nos salió al encuentro. -Buenos días qué temprano paseando, -Hola “Tía”
Casilda, venimos a ver si puede hacernos unos vestidos, -claro ¡Cómo no! ¿Qué
queréis haceros? ¿Habéis comprado las telas? –No, mañana iremos a casa de la
“tía” Candela a ver que tiene bonito, -Me han comentado que le han traidor unas
telas de fuera muy novedosas y bonitas. -Tengo unos modelos que me han mandado de
fuera y para vosotras son ideales. Pasas y os pongo un café mientras miráis la revista.
Cansadas de dar vueltas terminaros sentadas en los bancos en la estación, allí se pasaron las horas
antes de volver.
26-6-2o18 Joaqui.
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