sábado, 30 de junio de 2018

A María con cariño




Brillando sale el sol iluminando tú rostro, celoso de ver la sonrisa qué resplandece la belleza que irradias, arremete contra ti y te lleva a su lado. Lejos muy lejos, de dónde querías estar. Desde entonces estás sentada a su derecha y solo para que en la tierra no le hagas sombra.
Disfruta de ese espacio y camina cómo si te hubiese hecho un favor.
Muchas felicidades.
                                1-7-2018   Joaqui.

El secreto del baúl 2




Verano de calor y noches de insomnios. Así camina Extremadura entregado a recorrer los calurosos días.
Laura canturrea mientras riega las flores del balcón. Rosa prepara el desayuno. Tienen planes para abordar el asalto a la siguiente tapadera del baúl. Están nerviosas pero hay que seguir con él hasta la última llave. Terminado el desayuno caminan al desván. Llave en mano, comienza la cerradura a chirriar, se niega a obedecer después de tantos años sin acordarse de ella. Rosa insiste y no lo consigue. Le entrega la llave a Laura y esta con tenacidad tira de la tapa rompiéndose por la mitad  y dejando sin ver gran parte del fondo. Aún así consiguen sacar lo que allí se encuentra.
La mayoría del hallazgo eran fotos de familiares que no conocen. Entre ellas sale una de sus respectivas madres con unos niños en los brazos, niños que después de mirar con atención reconocen como los gemelos que se ahogaron en la charca del pueblo. Laura comenta que ellos fueron el origen de las peleas familiares.
La gente decía que fueron ellas las que se querían bañar y; a saber qué pasó, otros comentaron que Bernardo; un chico que estaba enamorado de Carmen; madre de Rosa, en un descuido de estas las llevo al fondo del agua.
 Rosa y Laura estaban descubriendo algo que todo el pueblo comentó en su día, pero la verdadera pelea familiar no la encontraban.
Rosa comentó -Si te parase nos vamos y rodeamos la zona del páramo, allí con la soledad y la incertidumbre que nos está produciendo la busca de la verdad sin conseguir nada.
Desde allí está cerca el cementerio y aremos una visita a los que algún día estaremos entre ello.
                                                       30-6-2018 Joaqui.

viernes, 29 de junio de 2018

El secreto del baúl



El sol estaba radiantes, al terminad el desayuno hemos quedado para ir a ver el material a casa de la señora Candela. La señora Candela tenía una tienda de la cual servía a toda la comarca de Extremadura, ella se encarga de visitar las fábricas y traer lo más novedoso que para ello tiene mucho gusto. Al llegar nos recibió con la amabilidad que la caracteriza. Candela ha sido una mujer de mundo, ha vivido en París y de allí vino para quedarse. Allí aprendió el conocer los lugares destacado de la industria textil.
De ello conocía la mercancía  que florecía en Béjar. 

El siglo XIX con el estallido de la revolución industrial  la producción textil aumentó notablemente, y con ella la estabilidad socioeconómica de la ciudad. El uso de máquinas especializadas, que agilizaron el proceso de producción, permitió que el mercado textil bejarano se extendiera a los pueblos cerca de Béjar y pudiera competir en el mercado textil junto a las grandes industrias.
Candela cada temporada viajaba a Béjar para trae lo más nuevo y venían de todos los pueblos a abastecerse.
Nos obsequió con un café, terminado nos pasó al salón donde nos deslumbró con lar maravillosas telas. A cada cual era más bonita.
Los linos, sedas, Lanas, cáñamo, panas, un sinfín de muestras que era difícil elegir. Candela nos oriento para no elegir prendas equivocadas; según la época.
Al final nos decidimos por el algodón.
Algodón suave y agradable al tacto. Laura eligió un verde claro, yo, por un granate.
Los vestidos las harían las costureras que estaban en el taller de Candela. Candela era maestra de la costura.
Caminamos de casa comentamos sobre Candela. Candela tenía una amiga viviendo con ella y el pueblo hablaba del acercamiento de las dos. A Candela el chismorreo no le importaba. Candela era libre. Ella seguía su vida feliz y contenta la envidia estaba servida.
                                    29-6-2018    Joaqui.
                                                  



Esa noche



La barriada se encontraba en fiestas. Todos bailando y bebiendo un vaso de vino de vez en cuando.
La noche prometía risas y jolgorio. Pero  un vecino dio la voz de que en las garitas de la cárcel se escuchaban peleas y fuerte murmullo. Avisaron a los músicos que dejaran de tocar el acordeón para escuchar mejor.
Al rato unos tiros helaron al personal y empezaron a caminar hacia sus casas. En pocos segundos quedó la calle desierta. Unos guardias entraban en la calle; fusil en mano, Papá que había organizado la fiesta fue el único que salió a ver qué pasaba. Los guardias no dieron explicaciones se dirigieron a él y le obligaron a cerrar.
La mañana siguiente el comentario estaba servido. Un preso se había escapado y murió en el intento.
Al parecer era pariente del los familiares del número 27. Los vecinos al enterarse fueron a darles el pésame.
Así eran los vecinos de antes.
                                 7-6-2018  Joaqui.  

miércoles, 27 de junio de 2018

Sueños




La noche ha sido calurosa y el sueño se recrea tardando en llegar, pero cuando aparece te lleva a los lugares del pasado que esconde tú mente. A veces es tan agradable verte rodeado de los seres que dejaste de ver y compartir recuerdos que despiertos no vives.
Esta noche ha sido una de ellas.
Nos hemos encontrado en una iglesia, pero una iglesia especial. Allí, había de todo, cumpleaños, juegos de niños, comidas, reuniones de amigos, en fin, mezcla de lo vivido con la familia, sobre todo ver a mi madre en primera fila del banco; sería como siempre.
Llego el momento de la celebración de la Santa Misa y todo el mundo cumple con ella. Los bancos se llenan de fieles y se respetan las normas. La seriedad acompaña al acto.
Yo me encontraba con algunos de mis nietos; cuando eran pequeños. Y sentados a mi lado seguían la misa con devoción.
En la parte de atrás de los bancos empezaron aparecer unos caballos pequeños con asientos para niños y unas bicicletas también pequeñas; ideales para los críos. Esto les fue llamando la atención y como niños el atractivo estaba servido.
Cada uno fue dando vuelta al juguete que más le gustó, y empezó alborotares el personal.
Uno de mis nietos se sentó en el asiento del Poni, y otro fue derecho a la bici; el lío estaba servido, ¿qué hacía? no podía detener los deseos de los niños e intenté que esperasen a terminar la misa.
Rezaba para que fuera así, ¡pero no!, ellos sentados en su juguete dieron riendas sueltas a la ilusión del juego, y caminando dieron la primera vuelta rodeando toda la iglesia, la segunda vuelta corrían y tocaban el pito de la bicicleta. Las risas de unos y el malestar de otros aquello se convirtió en juego de niños.
Mi nieto; el que llevaba la bici, cada vez corría con más ganas, para él era haber cogido tal velocidad que con las ansias de pedalear se olvidó donde estaba. El sacerdote se hizo cargo de momento y dio por terminada la misa, sin antes reírse de las travesuras del niño. Y terminó aplaudiendo al ciclista el sacerdote y todos los presentes.
                                              27-6-2018   Joaqui.