martes, 3 de julio de 2018

Las flores




Paula y Eugenia camino del colegio iban contentas con sus vestidos nuevos y las sandalias blancas. Antonia les había preparado el ramo de flores de su jardín. Estábamos en el mes de mayo y los jardines resplandecen lleno de flores. A mamá le daba pena cortar las rosas después de cuidarlas pero eran para la Virgen; no le importó.
La noche antes había estado lloviendo, el día salió soleado. Ellas iban contentas con su ramo, las niñas estaban a ver quien llevaba las flores más bonitas pensaban; esté vez no hay quien nos gane.
Paula y Eugenia camino del colegio a reunirse con doña Julia “la maestra” y el resto de las niñas. Todas en grupo caminando a Santiago de los Caballero   
Dos son sus puertas de acceso, situadas enfrentadas entre sí y ubicadas cercanas a los pies del templo, una abierta en el muro de la Epístola y la otra en el muro del Evangelio.
El grupo llegó a la Plazuela de Santiago. Está estaba llena de charcos y barro. Trabajo les costó sortearlos hasta llegar a la entrada, los zapatos fueron  perdiendo su brillo. Cerca de la puerta con las ansias de dejar el malestar del pavimento Paula alargó sus pies y cayó al suelo salpicado a las compañeras, con el ramo en el suelo mirando el panorama que se le había presentado, su reacción fue echarse a reír contagiando a todas las demás.
Después de pasárselo en grande fueron al jardín de la calle cogiendo rosas  que entregaron a la Virgen.
                                             3-7-2018   Joaqui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario