viernes, 27 de julio de 2018

El féretro


                                  
Esta mañana me he acercado a la calle Sande en busca de noticias de lo qué vi ayer. La puerta estaba cerrada. He llamado varias veces y después de mucho esperar me he sentado en el umbral de la casa de enfrente esperando viniera alguien, en ese momento se ha oído una voz, y seguido se ha abierto la puerta, me he acercado y en el zaguán estaba una señora mayor, la he saludado y muy amable me ha invitado a pasar. La note torpe en los andares pero hablaba con cordura. La he seguido entre suciedad  y el abandono de la casa al llegar a la cocina me ha invitado a un café; no sabía si salir corriendo, aguanté sirvió el café, Empezó hablado de su Felipe terminó rápido, comentaba que nunca le gustó trabajar.-Le pregunté, ¿fue ayer el entierro? ¡Qué va hija, qué va! de esto hace veinte años. -Aproveché preguntando por el féretro del día anterior, Se echó a reír y dijo -¿Cómo sabe Ud. eso? –por casualidad pasé por la calle y lo vi. -Sí, trajeron mis hermanos uno que pusieron en el cuarto pero era para mí, el día antes me desmallé y me dieron por muerta así llevo muchos años y ellos vienen para cerciorarse solo para coger esta casa y el dinero y no saben ellos que esta casa la vendí hace muchos años para poder comer y el dinero que queda hasta mi muerte se lo tengo puesto a su nombre, fue la única persona  a la que tengo que agradecer en este mundo.
-Me levanté y despidiéndome de ella la dejé en la más triste miseria.
                                                                                                               27-7-2018  Joaqui.

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