sábado, 28 de julio de 2018

Juanita




Cuando la he dejado tenía las piernas escayoladas no podía dar un paso, hay personas que cuando las encuentras; si puedes, te das la vuelta.
Esta es una de ellas, tiene facilidad de palabra y royo de tal envergadura que no termina. El caso es, que luego no resulta aburrida sobre todo hoy que el tema  ha sido nuevo, ella disfruta hablando. Cuando coge a la familia es tremenda las despelleja sin compasión, lo mismo le da padre qué madre, el caso es hablar. Algunas personas no tienen nada que hacer y el aburrimiento lo echan en las horas que dedican contando historias al primero que encuentran.
El otro día le tocó hablar de la madre, de todo menos bonita salió de esa boca. Lo primero que espetó fue que su madre no daba golpe en casa terminaba de comer y se acostaba sin fregar la loza y esperaba que las hijas que trabajaban sirviendo, llegasen a casa.
Ha comentado que su hermana se cuida y come poco, ¡y, mira como son las cosas! Estamos en un círculo de conocidas en la cual la veo de cenar y de lo que veo, a lo que ella comenta, nada de nada. Sus raciones de calamares, lechuga y beber…
De todas formas ¡a mí que me importa la vida de nadie! Pero muchas veces cuando oyes estos comentarios te dan ganas decir la verdad.
                                        27-7-2018  Joaqui.

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