Las esquinas están llenas de lágrimas esas que derramo
cuando no estás, lloro y desahogo la pena de no poder estar como cuando me
querías. Se fueron las caricias, los besos y hasta el trato amable, esperando
que todo de la vuelta y empecemos una vida de la que sueña toda mujer querida.
¡Qué ilusa! El tiempo del querer se va como los años y por mucho que los
busques han desaparecido para siempre, los pliegues seguirán igual que los de
la cara, inertes he incordiando cada vez que te miras al espejo
La culpa la tiene el espejo, cada vez que tengo encuentro
con él me pregunta; ¿Quién eres? Y por más que intento decirle¡qué soy la de
siempre! Se empaña y se nubla, así no hay forma de encontrarme. Buenas tarde
amigos.
13-7-2018 Joaqui.
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