Los
hornos de la cal eran industrias que utilizaban la roca caliza extraída de
canteras cercanas para obtener por calcinación cal blanca y cal morena empleada
especialmente para la construcción, empresas florecientes que empezaron a
decaer con la llegada de las primeras cementeras. Había canteras por el camino
de Maltravieso, en lo que hoy es Moctezuma, y también cerca del Marco. En ellas
trabajaban los pedreros. Pedreros había muchos, de Cáceres y de Arroyo sobre
todo; estaban Los Pintaos, El Cano, El Garrula, El
Picardías, Loreto, Emeterio, Eduardo...
Los hornos de la
cal estaban hechos con cantería alrededor, eran unas estructuras en forma de
cuba que llevaban una enramá en la parte superior para evitar la entrada
del aire durante la cocción, y terminaban con una bóveda de ladrillo a rosca en
forma de techo.
El proceso de
cocción de la cal era largo y sacrificado. Hasta las puertas de los hornos
llegaban los burros y carromatos cargados de piedras. Las más grandes se ponían
en el centro, y a los lados, junto a las paredes, las más pequeñas, llamadas
también matacanes. Se colocaban una a una en forma casi piramidal, hasta llegar
arriba, donde ponían la grava. Seguidamente, a las puertas del horno se
disponían cuatro piedras, una a cada lado a modo de túnel y encima otras dos,
así se conformaba una especie de sobre por el que se metía la leña: jara,
tomillo, retama, lentisco, brezo, albolaga, ramas de olivo, de alcornoque y
hasta orujo.
El horno del El
Cano era de un hermano de mi padre.
En esos hornos trabajaron
todos los hermanos.
La cal se
utilizaba en la construcción. Se cuenta que era muy eficaz por su secado. El
secado empezaba Desde el interior hacia fuera.
Se sabe que el
cemento hace esa función al contrario. De fuera para dentro.
26-7-2017 Joaqui
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