Cada vez siento más envidia de no poder hacer lo que ellos.
Ahora contemplo el bosque, paseando por este sendero tan
bello que nos regala la naturaleza en esta estación del año. Ella se viste de
gala para presumir de sus mejores trajes. Su colorido tan inmenso. Y por mucho
que quieres abarcar, no consigues ver la gran gama que tenemos delante.
Envidio todo este bello mosaico. Pero, mi pensamiento está
en la copa de los árboles, allí, es donde se encuentran los deseos que envidio.
Quisiera ser como ellos, libre sin las cadenas que nos atan
a la tierra, cadenas que deberíamos cortar y
volar por esos mundos y ver las grandes maravillas que en él se encuentran.
Y navegar apoyando mis patas en el mástil de una
embarcación. Desde allí, contemplar los mares comprobar cómo el barco se abre camino.
A lo lejos se divisa
tierra, cuando llegue surcaré sus cielo y desde allí, buscaré amigos y si son
de los míos, estaré un tiempo, para luego seguir recorriendo hasta el último rincón de este planeta.
12-4-2017
Joaqui.
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