martes, 18 de julio de 2017

Dar de si




Recordando la anécdota del pollo. Me viene a la mente una vecina que tenía, hace muchos años. Era una mujer criticona y envidiosa. En el fondo lo que más le molestaba era nuestra juventud. Menos mal que eso no se vende, ¡Sino! Era una persona que vivía muy bien en su entorno familiar. Tiempos atrás, tuvieron un pariente que se marchó a  las América, y uno de sus descendientes volvió al cavo de los años y a su vuelta a España, trajo dinero y joyas de valor. Era un pariente lejano y llego sin ningún compromiso. Así, todo se quedó en la familia.
Pero nunca olvidó las estrecheces que pasó de pequeña. De ahí le viene el estirar el pollo.
Siempre comentaba que los pobres no saben ahorrar.
En su casa, el pollo lo troceaba en pociones pequeñas, y del animal sacaban para hacer comidas para seis días y cuatro personas.
Hecha las porciones, se iban haciendo con distintos alimentos.
Guiso de patatas, con pollo.
-Lentejas.
-Arroz.
-Judías verdes.
-Con garbanzos.
-Tomate frito.
Al estirar el pollo  daba para comer más días.
Y siempre decía:
        Los pobres, son pobres porque no saben administrar su dinero. Y es un pecado comerse un pollo de una vez, Así nunca tendrán nada…
                                    
                              18-7-2017    Joaqui

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