Recordando
la anécdota del pollo. Me viene a la mente una vecina que tenía, hace muchos
años. Era una mujer criticona y envidiosa. En el fondo lo que más le molestaba
era nuestra juventud. Menos mal que eso no se vende, ¡Sino! Era una persona que
vivía muy bien en su entorno familiar. Tiempos atrás, tuvieron un pariente que
se marchó a las América, y uno de sus descendientes
volvió al cavo de los años y a su vuelta a España, trajo dinero y joyas de
valor. Era un pariente lejano y llego sin ningún compromiso. Así, todo se quedó
en la familia.
Pero
nunca olvidó las estrecheces que pasó de pequeña. De ahí le viene el estirar el
pollo.
Siempre
comentaba que los pobres no saben ahorrar.
En
su casa, el pollo lo troceaba en pociones pequeñas, y del animal sacaban para
hacer comidas para seis días y cuatro personas.
Hecha
las porciones, se iban haciendo con distintos alimentos.
Guiso
de patatas, con pollo.
-Lentejas.
-Arroz.
-Judías verdes.
-Con garbanzos.
-Tomate frito.
Al estirar el pollo daba para comer más días.
Y siempre decía:
Los pobres, son pobres porque no saben administrar
su dinero. Y es un pecado comerse un pollo de una vez, Así nunca tendrán nada…
18-7-2017 Joaqui
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