Con la marcha del “tío” Justo Mariela quedo triste, se sentía sola pero feliz entre sus recuerdos. Los aperos de Narciso (su esposo) en cada rincón
de la casa sentían al marido y hasta su sombra paseaban por los recovecos. Esa
noche escuchaba su voz y salió en su busca allí en la cuadra se encontraba
Narciso atendiendo una yegua que estaba pariendo, Mariela se acercó despacio y
ayudó a que naciese el animal, al terminar buscaba por todas parte y de Narciso
solo vio la sombra que desaparecía fundiéndose en la noche. Corrió por toda la casa
buscando el pasado. Mariela comprendió que el amor de su vida fue Narciso y el remplazo
no era posible.
Sentada en el patio recreó los momentos de locura corrida con sus amigas,
pensaba; Se acabó, la vida hay que vivirla a su tiempo…
El tiempo pasado
no fue como ella hubiese querido, pero fue feliz. Pasó la noche dando vueltas a
la propuesta del “tío” Justo y cada vez estaba más convencida de que sola
estaba muy bien.
25-8-2018
Joaqui.
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