lunes, 20 de agosto de 2018

Las actividades de nuestros tiempos




En los años cincuenta, sesenta, las Sección femenina tenía unas dependencias para pasar la tarde, en ella se encontraban zonas de juegos, una estaba en un piso de los soportales de la Plaza Mayor; a la derecha del la torre de Bujaco, allí nos reuníamos la juventud, no recuerdo las actividades con precisión pero si recuerdos las amigas; qué  al día de hoy seguimos.
Poco durábamos pues siempre hay personas que acaparan los juegos y tú nunca participas, así el aburrimiento te echa para atrás.
Lo qué si me gustaba era El Servicio Social; Tengo la cartilla desde entonces. Cuando nos apuntábamos nos decían que en un futuro sin ese requisito no entraríamos a trabajar en ningún parte. Guardado con verdadero celo esperando el trabajo; ¡qué nunca llegó!, esa promesa que luego se vio que los enchufados entraban; ¡Lo mismo qué ahora! Por desgracia te das cuenta demasiado tarde, no me pesa de haber aprendido algo en las clases. Nos hacían pasar el examen final de cosas que no habíamos dado.
Las clases se impartían en la Calle San Antón, en un piso qué hoy ha desaparecido. Era viejo. En su  lugar hoy existe un moderno edificio donde se representan exposiciones de todo tipo; No sé cómo se llama.
Estábamos tantas chicas que en los pasillos y las escaleras era casi imposible andar.
Dábamos clases de cocina, cultura general taquigrafía y clases de baile. Era una forma de tener a la juventud ocupada; eso si lo conseguían.
Fueron años difíciles pues, el trabajo no asomaba por parte alguna. Solo las más valientes se dedicaban a servir. Las que esperábamos un trabajo distinto, tardamos años en encontrarlo y siempre era a base de alguien que te echó una mano.
Gracia a eso conseguímos trabajar.
Siempre ha habido paro y en nuestro tiempo; más qué ahora.
 ¡Claro que ayudábamos en casa!, y gracias a eso los días pasaban llevaderos.

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