El día fue
pasando y al llegar la noche alcohol nos hizo olvidar lo malo de nosotros
¡bueno, lo malos de las preocupaciones que arrastramos a consecuencias de la
vida! La mañana siguiente me encaminé a casa de Sebastian, era temprano dudaba
si me querría recibir. Fue muy amable me ofreció café nos sentamos en una
terraza que abarcaba gran parte de terreno. Él sabía cuál era mi visita y fue
rápido al asunto. -Mira Adelina, Isabel trabajó muchos años en una tienda de ropa
que se encontraba cerca de la Puerta de Sol, muy cerca del bar de Tío Pepe, pero
de esto hace muchos años y, quizás la tienda haya desaparecido, pero tengo un amigo
que se llevaba muy bien con ella y si tú quieres me pongo en contacto con él y haber
qué dice. Me parece muy bien cuando puedas y tengas noticias me llamas.
Adelina se
fue pesarosa lo que buscaba tenía mala solución. Se marchó en busca de los amigos
para pasar el día.
Buenas tardes
amigos.
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