Adelina se
pasó el día pensando en toda la encomienda recaída en ella, tenía que empezar
por contarle a los familiares y afectado para empezar a solucionarlo.
La
excursión con Maruja y los amigos le sirvió de desconectar unas horas y relajar
la mente.
Por la
noche al llegar a casa observó que la luz de la escalera del desván estaba
encendida y sin ganas de empezar una nueva tarea, subió a dar una vuelta, al
entrar comprueba que el busto de barro se encuentra en la mesa al lado de la
ventana; ella no lo había dejado allí. Cansada apagó las luces y se encaminó a la
cocina.
Al llegar
abajo sentada al lado de la mesa camilla, se había preparado una infusión de
valeriana y tranquila seguía pensando en el desván, pero su mente recordaba
algo extraño que no supo ver y volvió al desván a comprobar, al llegar sus ojos
se clavaron en la mesa donde estaba siempre el busto y comprueba que en ella está
un cuerpo sentado. Se acerco despacio y comprueba que está muerto; no tenía bastante
con las monedas y las cartas; ahora esto.
Adelina cerró
la puerta y se marchó a pasar la noche en casa de Maruja.
Buenas tardes
amigos.
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