martes, 13 de agosto de 2019

El aburrimiento XXV




Adelina se pasó el día pensando en toda la encomienda recaída en ella, tenía que empezar por contarle a los familiares y afectado para empezar a solucionarlo.
La excursión con Maruja y los amigos le sirvió de desconectar unas horas y relajar la mente.
Por la noche al llegar a casa observó que la luz de la escalera del desván estaba encendida y sin ganas de empezar una nueva tarea, subió a dar una vuelta, al entrar comprueba que el busto de barro se encuentra en la mesa al lado de la ventana; ella no lo había dejado allí. Cansada apagó las luces y se encaminó a la cocina.
Al llegar abajo sentada al lado de la mesa camilla, se había preparado una infusión de valeriana y tranquila seguía pensando en el desván, pero su mente recordaba algo extraño que no supo ver y volvió al desván a comprobar, al llegar sus ojos se clavaron en la mesa donde estaba siempre el busto y comprueba que en ella está un cuerpo sentado. Se acerco despacio y comprueba que está muerto; no tenía bastante con las monedas y las cartas; ahora esto.
Adelina cerró la puerta y se marchó a pasar la noche en casa de Maruja.
Buenas tardes amigos.

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