miércoles, 14 de agosto de 2019

El aburrimiento XXVI



Los días iban pasando y Adelina con demasiada carga.
Después del desayuno subió al desván a ver al muerto y el personaje ha desaparecido; no podía ser que en esa parte de la casa haya tal movimiento y ella sin enterarse.
Cogió las cartas del baúl verde y empezó a leer.
Familias de los antepasados de los Pernales, estos escritos darán solución a quitar todos los males, desde que llegaron a nuestras manos las tres monedas.
Primero tenéis que encontrar a un pavo real que no tenga un mes de vida, tenerlo enjaulado otro mes y a partir de ese tiempo cortarle los últimos ojos de su cola, comprobando que todos tienen el mismo color y tamaño.
Estos se irán repartiendo en las casas que arrastran la maldición. Cuando se coloquen en cada casa, los receptores no deben saber el motivo, pero si recordarles que deben de guardar como el  tesoro más valioso de la casa.
Adelina empezó guardando el suyo y empezó la tarea.
Cada día entregaba varios en al pueblo y tuvo que salir a los pueblos de  alrededor en busca de los que conocía. Fueron pasando los meses y la remesa de la cola se le acabó, tuvo que empezar de nuevo. Estaba tan ilusionada de poder acabar con esta pesadilla, e iba viendo que el desván cambiaba con las primeras entregas. Leyó el resto de las cartas y muchas eran de sus padres entrelazadas contando los familiares de sus hijos. Adelina se propuso averiguar y conocer la procedencia de sus hermanos.
El muerto se convirtió en un muñeco de madera pequeño.
En el baúl verde se fue convirtiendo en un sillón de madera resistente con el atractivo de llamar la atención para ser usado, Adelina sentándose pasó la tarde terminado de leer las cartas.
Solo le quedaba revisar las conexiones con las luces del busto y los trozos de barro, esto lo quedo pendiente.
Buenas tardes amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario