miércoles, 19 de agosto de 2020
Los Besos
Los primeros que recibes, pocos recuerdas.
Al llegar a la juventud, imposible de olvidar.
Desde ahí, una cadena de ellos se pierde en el ovillo de la mente.
Ahora ha llegado el momento del confinamiento, en este periodo la meditación que se recrea y con añoranza, recuerdas los momentos cuando los tirabas, sin darle la importancia que tiene.
Ese beso perdido que buscas sin encontrar donde posarlo.
En la distancia, solo con el pensamiento te desgarra el alma, al no poner en cada mejilla el deseado y el cariño que lleva envuelto, todo lo que sientes por tus seres queridos.
¡Cómo duele!, verlos cerca y no poder transmitir lo que sientes. Solo con la mente llegas a abrazar comunicando todo el cariño que emana del corazón de una madre.
Se impregna mi alma fluyendo el deseo de la cercanía. La dureza del momento, te hace débil ante la impotencia de querer y no poder.
Ese beso perdido que intentas enhebrar para retener en el libro de la memoria, atando fuertemente para que no se deshaga. El futuro llegará, y en ese momento sabré cual guardar para los momentos que la soledad me espante.
Esa soledad que flota en los rincones más lejanos del cerebro, y por mucho que mires, la estancia sigue vacía.
Deseando que pase pronto para poder abrazar a los míos.
Historias de Cornejo. Joaquina.
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