martes, 25 de agosto de 2020

Historias de Cornejo, Adela



Adela, se sienta en el comedor, detrás de las puertas del balcón. Observa que en la calle, frente de su casa, hay un coche aparcado, y dentro una persona, que le llama la atención, y ve a un personaje y su mirada se dirige hacia donde ella se encuentra.
De pronto reconoce a Javier, su corazón late fuertemente.
Le ve envejecido, su pelo plateado.
Ha pasado mucho tiempo desde que sus cuerpos recorrieron el salón de baile.
La luminosidad de un día se fue. Vinieron tinieblas punzantes, noches amarga de soledad. El resplandor de un día, y amargos años. ¡Ahora, es tarde para empezar de nuevo!
─ Hasta mañana.
Fueron tus últimas palabras que bullen en su mente triste y sombrías.
¡Es tarde! ¡Desde aquél encuentro, ha sufrido tanto! Su vida ha girado en torno a la espera.
El fuego hecho cenizas, las que no quiere remover.

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