jueves, 13 de junio de 2019

Visita a Consuelo




Hoy he vuelto a hacer una visita a Consuelo; así se llama la señora que vive en la Calle Sande.
Su soledad me preocupa y de camino a mi casa; la suya me cae de paso. Le he llevado un poco de fruta y unas botellas de agua.
Me ha recibido amable ¡como ya ha demostrado ser! Me invita a tomar el café en el patio; -no, hoy  tomamos agua y fruta, me mira seria y le digo, -ayer invitó Ud. Y hoy me toca a mí. Se ríe y me coge de la mano,  atravesamos el largo pasillo hasta llegar al final de la casa, allí se encuentra el patio el abandono es igual que toda la vivienda. En unas sillas de Enea viejas y destartaladas me invita a compartir el agua.
¿-No hay ninguna vecina que le haga compañía?
 –No, Todas se han ido marchando, unas al más allá, otras con los hijos, algunas veces vienen pero no como antes. -Esto lo dice con tristeza.
-Ayer me extraño la edad de sur hermanos, ¿Ud. se lleva muchos años con ellos? -Claro, ellos son hermanos de padre, cuando mi madre murió mi padre se casó con Alicia, una mujer más joven que él y de ese matrimonio nacieron tres hijos Juan, Bartolomé y Santiago, a Juan se lo llevó una hermana de la madre al extranjero, y no hemos vuelto a saber de él, los otros dos siguen cerca de mí. Aunque parezca mentira ellos son lo único que tengo. –La voy a tener que dejar se me está haciendo tarde cuando pase, entraré a saludarla.
-Buenos días Consuelo, -hasta otro día amiga.
Me despide en la puerta allí se queda con su soledad.

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