jueves, 16 de mayo de 2019

Los olvidados



Soy lenta para decidir algunas veces y ello me lleva a pensar tarde y mal.
El otro día me encontré a Maruja, yo paseaba en las  cercanías del la Charca del Casar (Cáceres) acostumbro a ir por la mañana buscando el frescor. A esas horas están recién regados los árboles y con el agua de la charca, completan el aire para el placer del paseante. Vi de venir  Maruja apareció por una de las bocacalle, iba deprisa y hablamos poco la note nerviosa y se marcho.
Me senté en un banco al contemplar el agua allí la mañana se pasa pronto.
Al volver a casa entre  en la tienda de comestible de La Señora María allí estaba Narcisa; Vecina de Maruja, Hablamos de todo un poco y le pregunté por Maruja, -¡Calla!, no sabes que se nos va de vacaciones, han organizado una excursión y se van toda la pandilla. Escuchaba y me entristeció el asunto, yo que llevaba tiempo en hacer ese viaje y ahora que se organiza no estoy invitada. Compré chacina de las que hace la señora María; ¡qué son las mejores del pueblo! Me marche pensando que los amigos solo te llaman cuando ellos sacan ventaja.
Me entristecí por no ser invitada a la excursión, llevo tanto tiempo deseando conocer las tierras del norte; que son las únicas qué no he visto. Me entristece esa actitud de mis amigos; si es qué se les puede llamar amigos. Sé que llevo una vida muy ordenada y en lo económico... ¡quizás ese es el verdadero problema! Saliendo del entorno casero la vida cambia y no se puede mirar los  gastos; bueno mirarlo sí, pero siempre surge algo que hay que correr.

Buenas tardes amigos.



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