Cuando la luna se
esconde detrás del monte bajo. Nuestras almas lloran en esa
oscuridad para no ser vistas.
Detrás de mis manos
con ellas guardo mi soledad.
Sin tus brazos me siento hueca sin nada en qué
apoyarme, la lejanía borra nuestros rostros y solo en el fondo del alma
escondido en un pequeño rincón permanece como en los viejos tiempos ardientes nuestro
corazón enamorado.
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