Anoche, palabra que de por
sí sola no dice mucho, pero si la ponemos en el contexto de lo vivido en ella;
cambia.
Fue uno de esos días que
sales de una exposición satisfecha del evento. Allí expusieron, fotografías y
piezas de cerámica de distintas formas. Cada una tenía un significado.
De las fotos sobresalían los
ojos y de ellos se desprenden la belleza y el interior de la mirada, esos ojos que
tienen vida propia y ahondan en el pensamiento del hombre.
El ojo humano es capaz de enternecer,
gritar, amar, odiar, destruir.
Miradas con lágrimas impidiendo
la visión esas que nos enseñan con destrucciones
por doquier, esas que olvidamos nada más verla.
La mirada dice tanto de las
personas que con ella pronto descubres sus sentimiento. Las miradas serenas y limpias
en el tras fondo del ojo, ellos animan al acercamiento, ¡oh!, al contrario.
La representación del evento
se bordó con la actuación de la artista que con pocas palabras supo transmitir las
penas del mundo.
Felicidades Isabel.
Buenas tardes
amigos.
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