viernes, 8 de febrero de 2019

Sueños



No sé cómo empezó ese viaje tan penoso para mi madre pero, ahí estaba delante de sus hijas. El trayecto era corto Antonia no quiso montar en el coche, prefería ir andando ella estaba muy enfadada. Se dirigió al lugar a paso ligero y antes de que llegásemos estaba mirando lo que quedaba de su casa. Plantada delante de lo que quedaba de su hogar. Parecía una sombra con su atuendo todo de negro y su mantón arropando su rostro para que no viésemos sus lágrimas. Delante de las ruinas miraba las piedras y ladrillos todos hechos pedazos amontonados en el suelo.
Un montón de ladrillos que apilados consiguieron estar unidos se sentó para sentir más de cerca su tesoro.
Nosotras dábamos vueltas sobre los mismos pasos.
Después de mucho esperar apareció Damián; el comprador de dichas ruinas.
Antonia se puso de pie y saludando dijo; bueno terminemos cuanto antes. Hicieron el ajuste del dinero se saludaron y Mamá se marchó llorando.
Buenas tardes amigos.

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