miércoles, 3 de septiembre de 2014

El conejo



El conejo
Antonia estaba sentada en el poyo de la casa Miguel apareció lento y misterioso, dando señas de que Antonia no levantara la voz, ¿qué pasa, le dijo bajo? Toma este conejo, cuando puedas lo preparas con tomate, ya sabes que a Costa le gustan así. Guisa como tú sabes, y esta noche venimos a cenar. ¿Pero, no le digas que lo he traído yo?, vale, bueno, ¡que misterioso estás esta mañana!
A la noche me acerco a por padres y nos comemos entre todos la carne.
A, di le a Juan que yo traigo el pan de la tahona.
Llegó la noche y unida toda la familia, comieron el conejo con tomate. Miguel miraba a Antonia y Juan, siempre sonrientes. En sus miradas había algo de misterios.
De vez en cuando preguntaban, ¿Cómo está la carne? Todos contestaban. Muy buena, como siempre.
La pena es que no se pueda comer más veces, porque siempre que cazáis algo, se vende para comprar otros alimentos.
Juan y Miguel se miraban en silencio, sonrientes y misteriosos. Eran cómplices de tan agradable cena.
                                       3-09-2014 Joaqui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario