El fresno
Se crió a la orilla del regato, cerca de casa
donde vivía Graciela y Tina.
Para las niñas era el
refugio perfecto y su escondite. Sus brazos estuvieron media vida unidos a Teo,
“como ellas lo llamaban”. El tronco estaba hueco. Y los días de lluvia en él se
refugiaban.
Pasando su niñez mientras
el fresno crecía.
Teo, hermoso sonreía al ver
de llegar a las dos hermanas. Fue uno más del grupo.
Los años pasaron y las
niñas se hicieron mayores. Tina y Luís, “un amigo de la infancia” unieron sus
manos.
En el regato bañaban sus
cuerpos. Tino los miraba sonriente, pensando que sus amigos no lo dejarían
solo.
Iban pasando los días, Tina
y Luís paseaban cerca de Teo, pero Tina pronto olvidó a su amigo.
Teo, cada vez se sentía más
solo, él quería compartir la felicidad de los jóvenes. Pero la pareja solo tenía
brazos para ellos. A Teo le molestaba que no le quisieran.
Tina y Luís se introducían en
el regato, allí sus cuerpos disfrutaban de su amor bañando en sus frías agua.
Una noche la pareja fueron a
bañarse, “el estar juntos era lo primero”. Y se zambulle ron en el agua. Teo,
enfurecido desplegó una de sus raíces, atrapando a los jóvenes dejándolos en
del regato, hasta dejarlos sin vivida.
7-08-2014 Joaqui.
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