viernes, 29 de agosto de 2014

Crisis del 2014



Crisis del 2014
¿Qué sobran las generaciones del 2014 lo que es una crisis?
Ellos se fijan que no tienen dinero para caprichos. ¿Eso no es crisis? Crisis es no tener ni las tres comidas diarias y si se tienen, nunca comer lo que te gusta.
Las comidas de nuestra niñez fueron las legumbres cada día, y no conforme con ello, por la noche las lentejas, tomate frito, sin ningún añadido. Menos mal  que el pan era en abundancia. ¡Los que lo teníamos!, otros ni eso. Algunas noches, patatas al rebujan, con algunos huevos. Para todos no había. Por ello se juntaban las patatas con varios huevos y la cena estaba lista. A la vista le agradaba ver distintos colores, y por añadidura, el sabor cambia.
¡Y de la ropa!, ni decir de ella. Un abrigo (cuando eras niña) las mangas eran tan cortas, que el brazo se veía la cuarta parte.
De mayor, esa prenda podía durar 6 ó 7 años, todos los días el mismo. Ahí, no valía cansarse, oh, te lo ponías, o no salías de casa.
Los calcetines, los llevaba hasta los quince años. Las medias eran tan malas, qué se rompían antes de ponértelas. Las faldas, ¡eso de pasarse de moda! eso, no existía, blusas, jersey, etc…
Muchas veces no salías a pasear, por estar aburrida de ello.
Hoy comen de capricho, tienen vacaciones todo el año, (sobre todo los que no trabajan) de la ropa, zapatos, abrigos, etc…
¿Dónde está su crisis?  29-08-2014   Joaqui.

lunes, 25 de agosto de 2014

La noche



La noche
Llegó como tantas otras. Esta, tuvo algo especial.
En la madrugada, calurosa por cierto, el sueño tardaba en llegar, no le di importancia, muchas como están pasan en la vida de cualquier mortal.
Dando vueltas en la cama, de pronto observo que un resplandor viene del comedor, no me atrevía a moverme, pensaba que era la luz de la farola de la calle, y con el viento, al mover las cortinas el reflejo, unas veces brillaba más que otras.
El sueño estancado, solo mirando el cuadro de luz. Comprobé que la intensidad de la luz en la pared y los movimientos, eran repetitivos e iguales. No sabía si era cosa del sueño o que me estaba preocupando.
A punto de llamar a gritos me echase una. Me vestí de valor y baje al salón.
Mi asombro era mayor cuando mire la pantalla del álbum de fotos eléctrico.
En él estaba mamá, mirándome como cuando, “en tiempos pasados”, bajaba a echarle una mano.
En aquellos años, siempre le daba un poco de leche caliente, galletas, o simplemente agua. Pero ahora, ¿Qué le daba? Me quedé mirando a mamá, no encontré respuesta, claro que las fotos no hablan. Apague el álbum de fotos marchándome a la cama.
Pero toda vía me pregunto. ¿Por qué mamá? Con todas la fotos que tiene el álbum.  
                       25-08-2014. Joaqui.

viernes, 22 de agosto de 2014

Días buenos



Días buenos
Hoy es uno de ellos. Estamos el matrimonio sentados alrededor de la mesa; cada uno a lo suyo. Él lee un libro de María Dueña, (entre costura) Yo, unas veces leo, otras escribo.
Después de cincuenta años casados, pocos son los que se libran sin una pelea. Y la mayoría de las veces, es por verdaderas tonterías. Casi siempre, es por no enterarnos de lo que decimos. El oído falla, y la paciencia, también.
Tenemos la costumbre de disparar, en vez se preguntar ¿Qué has dicho? Si hiciésemos esto cada vez que no escuchamos, nos evitaríamos los disgustos que ello nos trae.
Días de silencio, malas caras, y el malestar hasta la recuperación normal.
Esto se piensa en frío, cuando discutimos por cualquier tema, ahí, no preguntamos ni razonamos; todo son voces y acabamos preguntando.
 ¿Por qué estamos dando voces?

                                         22-09-2014, Joaqui.

lunes, 18 de agosto de 2014

La ventana



La ventana
Grandes recuerdos. No siempre es de agrade cimiento por el regalo de su luz.
¿Cuántas veces desde ella hemos visto pasar de largo a ese mendigo?  Qué llamando a tu puerta lo dejas marchar sin ni siquiera preguntarle, si ha comido ese día.
 Ese viejecito que pasea en la calle, y lo único que comentamos, ¡Cómo se ha puesto!
 Los días de lluvia, sin mojarte. Ver pasar a tu antiguo novio pasear del brazo de otra.
El otro día unos mendigos llamaron a la puerta pidiendo limosna, una chica joven y guapa con su mamá. Solo pedían comida. Las habían desahuciado.
¿Qué adelantamos en entregarles una bolsa con un poco de alimentos?
 Agosto cuatro de la tarde. La joven cansada de pedir, y agotada por el calor, se sentó en medio de la calle.
A través de los cristales, observamos cómo se movían las cortinas de la casa de enfrente, incluida la mía. A nadie se le ocurrió salir y ofrecerle un poco de agua fría, quizás lo hubiesen agradecido más que la comida.
Cuando una madre se marcha al trabajo y ve en la ventana, llorar a su bebé, su parcha, es lo peor que puede ver un niño. Los brazos de la abuela no suplantan los del ser que se marcha.
Las cosas bonitas no pasan por las calles, las ventanas solo sirven para no tropezar en casa.
Se podían ver hermosos jardines, pero desgraciadamente eso es caro y con plantar unos árboles… Con las manos de obra que tenemos en el PARO, se podían emplear en cuidarlos y hacer la vida agradable. Para la vista y de paso que esas familias coman…
 A veces, sería mejor sin ventanas.        12-08-2014    Joaqui.

jueves, 14 de agosto de 2014

El fresno



El fresno
 El fresno, creció a la orilla del río, cerca de casa donde vivía Graciela y Tina.
Para las niñas, era el amigo perfecto además de su escondite. Sus brazos estuvieron media vida unidos a Teo, “como ellas lo llamaban”. El tronco estaba hueco. Y los días de lluvia, se refugiaban en él.
Pasaron su niñez mientras el fresno crecía.
Teo, creció a lo largo y ancho, se hizo grande y hermoso. Sonreía al ver de llegar a las dos hermanas. Fue uno más del grupo.
Las niñas En el río bañaban sus cuerpos, Jugando con el agua. Tino las miraba sonriente pensando que sus amigos no lo dejarían nunca.
Fueron pasando los años. Las niñas crecieron igual que Tino.
Graciela y tina, se dedicaron a sus estudios y los juegos cada vez fueron menos frecuentes. Teo las echaba de menos, su soledad le entristecía cada vez más.
Cuando otros chiquillos se bañaban, pisado sus raíces, se movía con fuerza y les sacudía sus hojas secas, hasta que conseguía echarlos del lugar.  
Tina empezaba a ser una joven hermosa, Tina era alta y delgada, tez morena, ojos grandes, pelo largo y recogido.
 Al pasar por las calles, las miradas de los habitantes del pueblo se volvían para contemplar su hermosura.
Luís un joven del pueblo se fijo en ella.
 Se prometieron amor eterno. 
 Tina Y Luís iban al río a bañarse, “como tantos otros jóvenes del aquellos alrededores”.  Teo al verlos llegar, siempre esperaba el abrazo de la chica. Tina pasaba sin mirar, solo tenía ojos para Luís.
Tina pronto olvidó a su antiguo amigo. Teo estaba triste, ¡pensaba! No se acuerda de las veces que ha reído abrazada a mi cuerpo.
Teo, cada vez se sentía más solo, él quería compartir la felicidad de los jóvenes. Pero la pareja solo tenía ojos para ellos. A Teo le molestaba que no le quisieran. Una noche Tina y Luís se fueron al río, la noche era espléndida. En agosto, los calores del día invitaban al baño.
Tina y Luís se introducían en el agua, allí sus cuerpos disfrutaban de su amor bañándose en sus frías corrientes.
Esa noche, la pareja se fue a bañar, “para ellos, el estar juntos, era lo primero”. se zambulle ron en el agua. Teo, enfurecido desplegó una de sus raíces, atrapando a los jóvenes en el agua, hasta dejarlos sin vivida.

                                        7-08-2014    Joaqui.