Fui una niña que disfrutó
de esa edad tan bonita sin cargos de trabajo ni obligaciones que tantos
quebraderos de cabezas traen a los adultos, pero todo se acaba y pasado al
nuevo hogar me cargaron con todas las responsabilidades habidas y por haber sin
pasar a ser adulta; no me quejo, es lo que nos tocó vivir y orgullosa de seguir
cargada de años y disfrutar del sol cada mañana.
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