viernes, 22 de febrero de 2019

Anoche




Anoche, palabra que de por sí sola no dice mucho, pero si la ponemos en el contexto de lo vivido en ella; cambia.
Fue uno de esos días que sales de una exposición satisfecha del evento. Allí expusieron, fotografías y piezas de cerámica de distintas formas. Cada una tenía un significado.
De las fotos sobresalían los ojos y de ellos se desprenden la belleza y el interior de la mirada, esos ojos que tienen vida propia y ahondan en el pensamiento del hombre.
El ojo humano es capaz de enternecer, gritar, amar, odiar, destruir.  
Miradas con lágrimas impidiendo la visión esas que nos enseñan  con destrucciones por doquier,  esas que olvidamos nada más verla.
La mirada dice tanto de las personas que con ella pronto descubres sus sentimiento. Las miradas serenas y limpias en el tras fondo del ojo, ellos animan al acercamiento, ¡oh!, al contrario.

La representación del evento se bordó con la actuación de la artista que con pocas palabras supo transmitir las penas del mundo.
Felicidades Isabel.
                                    Buenas tardes amigos.

jueves, 21 de febrero de 2019

La noche




Cuando llega la noche empiezan las tormentas que en la oscuridad montamos en la mente. Ella llega sin avisar entra despacio y te arruina las horas de descanso, por mucho que intentas ocultar los destello que proyecta,  ella, sigue cada vez más fuerte hasta conseguir arruinarte ese tiempo que con ilusión esperas después de un largo día de trabajo.
La oscuridad da alas para acordarte de todo el pasado, presente y sobre todo del futuro, ese futuro tan impreciso que tanto tememos.
     ¡Del pasado!; llorar los hechos erróneos
Del presente, llevarlo lo mejor posible, ¡Pero y el futuro!, ese futuro qué va formando nubes y cuando las puedas  tocas se deshacen sin ningún fruto.  De ellas esperan; ¡con la ayuda de tus deseos! Qué todo sea perfecto.

 Buenas tardes amigos.

martes, 19 de febrero de 2019

El despiste



Esta mañana además del paseo; dos horas pateando la ciudad, he completado con algunos encargos atrasados que quedaban. El día ha invitado a ello, el sol y la buena temperatura, las calles de Cáceres estaban llenas de personal, Cánovas, Pintores, la Plaza Mayor y de ahí no puede faltar la visita a Jesús de Nazareno.



Uno de los recado ha sido cambio del cristal de las gafas, estaban muy rayadas y me he dirigido a la óptica, me ha atendido un chico y muy amable, ha pedido que vuelva dentro de un rato. Sentada en un banco de Cánovas; al sol se estaba bien, pasado un rato he vuelto a la óptica, allí estaba una compañera de estudio; de los años… y muy amable me ha entregado las gafas he leído en una hoja, y le he dicho; que bien veo pagado el importe y de vuelta a casa.


Cuando llevaba un tiempo en casa ha sonado el teléfono   era Pepa; la chica de la óptica, me dice, mira Virginia, ha llegado mi compañero, ese que te ha recogido las gafas y dice que el cristal no se ha cambiado, lo único que le ha hecho, es ajustar las patillas, el cristal vendrá en unos días cuando llegue te llamo para el cambio.

Buenas tardes amigos.

viernes, 15 de febrero de 2019

Dorotea



La estuve buscando por toda la casa no había manera de encontrarla, al subir la escalera escuché su maullido en lo alto del tejado. Dorotea se refugiaba allí cuando estaba triste, subí despacio las escaleras mis piernas no daban más de sí. Al llegar a la buhardilla la penumbra impedía avanzar, sorteando los miles de obstáculos pude por fin llegar a la ventana que accedía al tejado. Dorotea escuchó mis pasos y cerro la ventana. La llamé insistentemente, cansada de me senté en una hamaca vieja de mimbre; un balancín de papá.
Me quedé dormida y de madrugada sentí a mis pies las caricias de Dorotea, la acurruqué en mis brazos y con lágrimas en los ojos se refugiaba tapando la cara.
La intente tranquilizar ella no entendía lo ocurrido.
En ese momento le explique que no había comida para sus hijos y que en el campo estarían mejor, allí se harían gatos grandes y no les faltarían de nada. Se tranquilizó y buscó se cama al lado de la chimenea. Por la mañana le llevé su tazón de leche; qué no tocó, así estuvo una semana penando y dando vueltas por toda la casa.
El sábado de madrugada llovía, Dorotea abriendo la puerta salió en busca de los hijos que arrebataron.

jueves, 14 de febrero de 2019

Sueños





No sé cómo empezó ese viaje tan penoso para mi madre pero ahí estaba delante de sus hijas. El trayecto era corto Antonia no quiso montar en el coche, prefería ir andando ella estaba muy enfadada. Se dirigió al lugar a paso ligero y antes de que llegásemos estaba mirando lo que fue  su casa. Plantada delante de lo que quedaba de su hogar. Parecía una sombra con su atuendo todo de negro, su mantón arropando su rostro para que no viésemos sus lágrimas. Delante de las ruinas miraba las piedras y ladrillos todos hechos pedazos amontonados en el suelo.
Un montón de ladrillos que apilados consiguieron estar unidos se sentó para sentir más de cerca su tesoro.
Nosotras dábamos vueltas sobre los mismos pasos.
Después de mucho esperar apareció Damián; el comprador de dichas ruinas.
Antonia se puso de pie y saludando dijo; bueno, terminemos cuanto antes. Hicieron el ajuste del dinero se saludaron y Mamá se marchó llorando.
 
Se dejaba entrevés su tristeza reflejaba el dolor que sentía al dejar lo que con tanto años mimo y cuidó durante su vida.
Pero todo tiene su fin y ahora toca dejar de lado los sentimientos y seguir.

Buenas tardes amigos.