Casimiro a las
seis de la mañana iba camino del trabajo, allí en la esquina casi terminada
la Calle Ancha, el farol que con luz tímida alumbraba a los demás compañeros
que esperaban. Todos reunidos pusieron rumbo a la mina, la mina de la
plata que se encontraba en la Sierra de la Mosca, cerca de los llanos de Sierra de Fuente.
(Cáceres)
Pusieron rumbo con
la alforja al hombro, “la Julia le preparo el almuerzo” estaba enfadada pero no
descuidó la comida de su hombre. Preparo
el tocino, queso, y buen pan acompañado de una bota de vino.
Camino del trabajo
con la ropa de faena que miraba y sé decía ¡Por qué no le gustará con lo
elegante que me veo!
Pasó las horas
sacando piedras de la mina. Casimiro ese día estaba triste acordándose de Julia
y decía para sí; Hoy cuando llegue me lavaré y cenaré sentado en mi mesa. Eso
hizo y resplandeciente se sentó sin hablar con Julia. Ella estaba contenta y le
preparó de cena, una liebre que le había llevado su hermano. Dudaba cual sería
su reacción pero no se equivocó, cenaron y Casimiro degustó la cena. Durmieron
plácidamente. La mañana siguiente Julia le saludo desde el balcón mientras cantaba
su canción favorita.
Traigo de Extremadura
la nobleza más pura de mis cantares.
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