O, Pringás, esto se le llamaba a el pan que
friéndose en abundante aceite, servía
para acompañar el café por la mañana. Ahora el diccionario no admite
esta palabra, o no la conoce.
Este
desayuno, ¡delicioso por cierto! no caben en las costumbres de hoy. Demasiado
aceite, para el cuerpo. Todos estamos obsesiona dos con el colesterol. Y
volviendo la vista atrás, los que gracias a ellas muchos, al día de hoy, viven
con mayor salud que aquellos que no las conocen. Pero las costumbres cambian y
se deja de comer un buen alimento, para
coger unas galletas o, algún dulce, y a mitad de la mañana la curva de la
azúcar baja sin piedad. Y por aprovechar, cuando sobraban algunas, se ponían en
un recipiente con vino o, leche. Empapadas se les rociaba de azúcar y se podían
comer blandas y era un manjar.
Es
comprensible, las madres de hoy no tienen tiempo para dedicar unos minutos para
prepararlo.
Y
con ello se han perdido las buenas costumbres.
¡Claro,
el pan de hoy, tampoco ayuda! Antes, esto se hacía con el pan que sobraba del
día anterior, o se cortaba para hacer sopas. Daba igual, de ajos, de tomates,
sopas de patatas y comino, pan para el gazpacho. Multitudes de aplicaciones tiene, oh,
tenía el pan duro. Hoy no se le echa ni a los peces.
¡Bueno!
Los de épocas pasadas teníamos mucho tiempo libre, Hoy las amas de casa no
tienen tiempo ni para descansar.
1-8-2017 Joaqui.
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