Adiós
querido cuñado, un adiós sincero. Aquí
quedan todas las personas que con tanto acierto has derramado tus cuidados y
cariño, en los años de convivencia juntos, has demostrado la paciencia de
soportar a todos sin quejas. Y treinta años con esa carga te sitúa el lo más alto.
Treinta
años en tú campo cuidando a chicos y mayores. Nunca tuviste una queja, ¡al
contrario! la sonrisa al vernos llegar. Cuidaste los nietos nuestro, como si
fuesen tuyos. Dándoles de comer, acurrucándolos entre tus brazos para dormirlos
y no quejarte a la hora de hacerte cualquier trastada. Has ejercido la misión de
abuelo que supiste llevar no siendo tuyos.
Y ahora que han llegado los tuyos, que estabas
volcado en ellos, los dejas y te vas.
La
vida es muy ingrata y a ti te ha tocado la mayor parte.
Descansa en Paz.
Y
recibes un fuerte abrazo de todos los que aquí te queremos.
12-8- 2017 Joaqui.
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