lunes, 6 de febrero de 2017

Ellos




Qué felicidad cuando anuncias que dentro de unos meses verás y tendrá entre tus manos lo más deseado.
Lindos de contemplas y bello para acariciar.
Sensaciones que se perciben con el nacimiento de un hijo,
Sus primeras patadas recibidas en tú vientre 
Siempre soñando, ¡serán las patadas de un triunfo! Patadas de un gol excepcional.
Soñado, soñando, pasa el tiempo, crecen, ríen, lloran y pasan los años.
En una ocasión uno de ellos, viene con un diente quitado. Él venía contento, mientras mi corazón lloraba, y diciendo, no te preocupes  mamá es solo un diente.
El segundo se presentó una noche y muy tranquilo dice, mamá no estudio más, me pongo a trabajar. Otra puñalada y esta duelen tanto como la anterior y esta,  todavía pincha.
Así sigue la vida, unos días sol, otras sombras. Las malas noche, para una madre, no cuentan, la importancia es que la criatura no haya podido dormir, ni teniéndolo entre tus brazos.
  Pero siempre hay alguno que ocupa el primer lugar, cuando el momento es delicado para él ahora mi preocupación es estar al lado de ti, en este momento eres la que más me necesita.
Cuando todo pase te dejaré volar para que sigas tu camino.
Siempre pensaba, Yo los hubiese cuidado bien, pero la vida manda y ellos eligieron un camino bueno, pero lejos de mí.
Los años corren y a la vez se van alejando de ti, demasiado para lo que siento, no tienen un rato, no pido mucho, solo un minuto, el teléfono está cerca, y con eso me conformo, pero ni así. Sé que tienen mucho trabajo y muchos días se les puede olvidar, ¡pero siempre! Hemos dedicado todo nuestro tiempo a llevarlos de la mano, y de mayores, aconsejando lo que haríamos nosotros en ciertos momentos, que luego han hecho lo que ellos pensaban, unas cosas han salido bien, otras, podían haber salido mejor.
Las equivocaciones no cuentan para mí, lo importante es haber aprendido de ellas. 
          ¡Y mis recuerdos son tantos! Ya no te acarician cuando llegan a casa. Ese beso, a veces perdidos en el aire y contenta de que vuelvan a casa aunque solo sea para comer.
En esos momentos te encuentras desplazada, ellos ríen. Los miro y disfruto que se encuentre cerca de mí, en realidad es lo más importante.
Atrás quedarán todas las ilusiones esas que ponemos las madres sin pensar que nunca podrás tener ese deseo, cuidarlos siempre.
Fríamente es lo mejor que le puede pasar a una madre, que los hijos vuelen, todo lo lejos que puedan, ¡pero llamarme por lo menos!, que sepa que aún existo para vosotros.
Cuando me marche, no podréis verme y sobre todo no podré veros.
Esta es la vida, pero me cuesta…   
                                                                    
                                                                                3/05/2016. Joaqui

No hay comentarios:

Publicar un comentario