lunes, 27 de junio de 2016

Vacaciones




Vacaciones

Muy buenas para el cuerpo pero la mente es la que más gana.
En casa siempre tenemos algo pendiente, y cuando llegas al hotel, solo te tienes que preocupar de, ¡a qué hora son las comidas!
Sabiendo esto, las horas y los días lo manejas como te conviene.
Paseos en la playa, baños, excursiones, todo este trajín no importa.
Porque eso no cansa, la mente está distraída con las cosas nuevas que ya tenemos gravada en el cerebro y no se nota cansancio en el cuerpo.
Cuando va llegando las horas de las comidas, esperando en los salones va pasando el personal, en esos momentos es cuando se va gravando en tu mente la película de los residentes.
Hay de todo, hombre con unos estómagos a reventar y la mayoría de las mujeres entradas en carnes.
Con estos cuerpos pocas pueden lucir sus ropas.
Ha habido una señora que ha dado la nota, el primer día se presentó con una camiseta bastante  grande, zapatillas de lona y un pantalón corto.
Al día siguiente de llegar se fue a comprar un nuevo equipo de ropa, zapatos abiertos y unas deportivas de lona color Lilas.
 Se compró un vestido para cada día, y unos pantalones cortos y camisetas para la playa.
Solo le faltó dejar las etiquetas para decir que eran nuevas.
La señora era entrada en años, delgada, pequeña, pelo corto teñido de rubio pero sus canas sobresalían del cuero cabelludo, de cinco u ocho centímetros, las uñas pintadas de rojo, pero, el esmalte se le había quitado en gran parte de ellas.
Así, recorrió el tiempo de vacaciones. Lo peor de esta señora era la forma de conjuntar sus prendas. Lo mismo le daba ponerse una camiseta con rayas de diversos colores y el pantalón corto a cuadros y los colores varios, nada que ver lo uno con lo otro. Así, todos los días.
Para mirarla y saber quién era se necesitaba poco. Pero a ella se le ha visto feliz, ha paseado por todo el hotel muy  estirada como si fueran suyas las de pendencias.
Hemos disfrutado de las instalaciones y  sobre todo de la cocina,  son las dos cosas más relevantes. No han faltado las hermosas piscinas- que no utilizábamos casi nadie, pero ahí estaban esperando. El que más, se ha puesto a tostar, para presumir cuándo llegue  a casa, pero de baños, nada, de nada.
El ambiente demasiado de estirado, y no sé por qué, allí solo he visto personas corrientes. El hotel ponía el lujo, el lujo que no llevábamos.
Solo con observar el personal ya estaba todo visto. Nos daba tiempo de mirar he ir conociendo a todos.
Entre nosotros ha habido poca comunicación. Las mesas del comedor eran individua les y no hemos podido tener contacto con los demás, solo los que llevaban sus amigos son los que han tenido más comunicación.
En el comedor se ha visto personas cogiendo los platos de comida a rebosar, comida que luego terminaba en la basura.
Entre los comensales, no había ni un diabético, las bandejas de dulces, se terminaban rápido, ¡eso sí!, estos platos quedaban  limpios.
A la hora del desayuno, todos queríamos tostar el pan el primero, siempre había algún lis tillo que se colaba.
Pero son día de descanso y eso es lo que nos debe quedar.
Vivan las vacaciones.
                                   2-6-2016- Joaqui.

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