Vacaciones
Muy buenas para el cuerpo
pero la mente es la que más gana.
En casa siempre tenemos
algo pendiente, y cuando llegas al hotel, solo te tienes que preocupar de, ¡a
qué hora son las comidas!
Sabiendo esto, las horas y los
días lo manejas como te conviene.
Paseos en la playa, baños,
excursiones, todo este trajín no importa.
Porque eso no cansa, la
mente está distraída con las cosas nuevas que ya tenemos gravada en el cerebro
y no se nota cansancio en el cuerpo.
Cuando va llegando las
horas de las comidas, esperando en los salones va pasando el personal, en esos
momentos es cuando se va gravando en tu mente la película de los residentes.
Hay de todo, hombre con
unos estómagos a reventar y la mayoría de las mujeres entradas en carnes.
Con estos cuerpos pocas
pueden lucir sus ropas.
Ha habido una señora que ha
dado la nota, el primer día se presentó con una camiseta bastante grande, zapatillas de lona y un pantalón corto.
Al día siguiente de llegar
se fue a comprar un nuevo equipo de ropa, zapatos abiertos y unas deportivas de
lona color Lilas.
Se compró un vestido para cada día, y unos
pantalones cortos y camisetas para la playa.
Solo le faltó dejar las
etiquetas para decir que eran nuevas.
La señora era entrada en
años, delgada, pequeña, pelo corto teñido de rubio pero sus canas sobresalían del
cuero cabelludo, de cinco u ocho centímetros, las uñas pintadas de rojo, pero,
el esmalte se le había quitado en gran parte de ellas.
Así, recorrió el tiempo de
vacaciones. Lo peor de esta señora era la forma de conjuntar sus prendas. Lo
mismo le daba ponerse una camiseta con rayas de diversos colores y el pantalón
corto a cuadros y los colores varios, nada que ver lo uno con lo otro. Así,
todos los días.
Para mirarla y saber quién
era se necesitaba poco. Pero a ella se le ha visto feliz, ha paseado por todo
el hotel muy estirada como si fueran
suyas las de pendencias.
Hemos disfrutado de las
instalaciones y sobre todo de la cocina,
son las dos cosas más relevantes. No han
faltado las hermosas piscinas- que no utilizábamos casi nadie, pero ahí estaban
esperando. El que más, se ha puesto a tostar, para presumir cuándo llegue a casa, pero de baños, nada, de nada.
El ambiente demasiado de
estirado, y no sé por qué, allí solo he visto personas corrientes. El hotel ponía
el lujo, el lujo que no llevábamos.
Solo con observar el
personal ya estaba todo visto. Nos daba tiempo de mirar he ir conociendo a
todos.
Entre nosotros ha habido
poca comunicación. Las mesas del comedor eran individua les y no hemos podido
tener contacto con los demás, solo los que llevaban sus amigos son los que han tenido más comunicación.
En el comedor se ha visto
personas cogiendo los platos de comida a rebosar, comida que luego terminaba en
la basura.
Entre los comensales, no
había ni un diabético, las bandejas de dulces, se terminaban rápido, ¡eso sí!,
estos platos quedaban limpios.
A la hora del desayuno,
todos queríamos tostar el pan el primero, siempre había algún lis tillo que se
colaba.
Pero son día de descanso y
eso es lo que nos debe quedar.
Vivan las vacaciones.
2-6-2016-
Joaqui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario