Las etapas de la vida
Empezaba a florecer, la primavera por
el año 1958 y como una aureola en el aire nos abrazó uniendo nuestros cuerpos
para caminar juntos el resto de nuestros días.
Cómo florecían erguidos y
hermosos, ¡cuánta ilusión!
Nuestro encuentro fue casual, Pero
desde el primer momento unimos nuestras manos entre un corro de amigos.
Sudamos en el primer instante y
trasmitiendo la llama de la magia nos unió para siempre
Los encuentros, primero semanales,
luego a diario.
¡Lo veía tan guapo que no me lo
creía!
En aquellos tiempos que las vestimentas no
abundaban, solo brillaban nuestros cuerpos dentro de lo poco que había.
Nunca me consideré bella, al
contrario, era una chica más de la época. Y el cuerpo, ¡bueno!, lo dejamos así,
púes, me faltaba centímetros para una buena talla.
Una tarde, tarde sentados en un
banco del parque me dijo.
Cuando venga de hacer la mili nos
casamos, pero te tengo que decir que mi sueldo son, 3.000 pts. Al mes y no sé
si con eso tendrás bastante. Emocionadísima dije, sí, con eso nos tendremos que
apañar.
Para mí era un dineral, pues lo
más que manejaba eran las cinco pesetas
semanales que me daba papá, para caramelos o, pipas.
La vida ha corrido, aunque para llegar a fin de mes, siempre he tenido
que planchar los billetes,
¡Si a las pesetas se le pueden
llamar billetes!
Años bonitos a pesar de tener que pasarte el
mes contando todos los días.
¿Cuántos tengo para gastar hoy?
Solo contaba con los gastos de
comida, pero… Se sumó, la luz, el agua, y los hijos que llegaron después.
Todo hasta ahí, casi perfecto.
Pasó la primavera, bonita, el
otoño, bueno, y en la actualidad nos encontramos en pleno invierno.
El sol cada día brilla menos,
atrás se quedó las maravillas de la amabilidad, es como si estuviésemos
gastados con el paso del tiempo.
Cincuenta años caminando al lado
de mi esposo.
Cuando te despiertas, ¡qué bonito
amanecer! Pero… pronto empiezan los
relatos, cualquier cosa es criticable, nada está bien hecho para mi esposo, por
criticar, critica hasta el ruido que hacen los zapatos al ir caminando por la
calle, dice que ande de otra manera.
Siempre soñé que mi vida iba a ser
un camino de rosas, caminaba en mi mente siempre pisando un camino de pétalos
blanco, igual que mis sueños.
¡Qué inocente!, con lo difícil que
subir los escalones a mí paso por la tierra.
Años bonitos alrededor de la
familia, pero la vida es el día, a día, y algunos son verdaderos nubarrones,
descargando, y con ello te restan ilusiones que se pierden y nunca volverás a
recuperar.
Ahora estamos en la etapa del invierno.
¡Y, mira!, no hay un día que no
descargue un aguacero.
En la mañana sale el sol y
abriendo los ojos respiras profunda mente dando gracias a Dios por ver la luz.
Llegando este empiezan los
relatos.
El café esta frío, este pan se
desmigaja, no tiene nada que ver con el pan de antes. ¿Dónde tiene que ir hoy?
Le pregunto.
¿Vamos de paseo? No, con tigo no
puedo ir, pues, andas tan despacio que me cansas…
¿Quiere que a la tarde vayamos al cine? Al cine, no, con lo bien que se está en casa…
Así, una y otra cosa, todo tiene
pega para mi esposo, Yo hubiera querido que durase siempre, su amabilidad.
Y a pesar de todo, hemos y somos
un matrimonio normal, con nuestras pegas y protestas.
Así un día y el otro, seguiré
caminando, hasta que Dios quiera.
¿Será esto normal?
22/04/2016. Joaqui
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