jueves, 2 de junio de 2016

Las etapa de la vida




Las etapas de la vida

Empezaba a florecer, la primavera por el año 1958 y como una aureola en el aire nos abrazó uniendo nuestros cuerpos para caminar juntos el resto de nuestros días.

Cómo florecían erguidos y hermosos, ¡cuánta ilusión!
Nuestro encuentro fue casual, Pero desde el primer momento unimos nuestras manos entre un corro de amigos.
Sudamos en el primer instante y trasmitiendo la llama de la magia nos unió para siempre
Los encuentros, primero semanales, luego a diario.
¡Lo veía tan guapo que no me lo creía!
 En aquellos tiempos que las vestimentas no abundaban, solo brillaban nuestros cuerpos dentro de lo poco que había.
Nunca me consideré bella, al contrario, era una chica más de la época. Y el cuerpo, ¡bueno!, lo dejamos así, púes, me faltaba centímetros para una buena talla.
Una tarde, tarde sentados en un banco del parque me dijo.
Cuando venga de hacer la mili nos casamos, pero te tengo que decir que mi sueldo son, 3.000 pts. Al mes y no sé si con eso tendrás bastante. Emocionadísima dije, sí, con eso nos tendremos que apañar.
Para mí era un dineral, pues lo más que manejaba eran las cinco  pesetas semanales que me daba papá, para caramelos o, pipas.

 La vida ha corrido, aunque  para llegar a fin de mes, siempre he tenido que planchar los billetes,
¡Si a las pesetas se le pueden llamar billetes!  
 Años bonitos a pesar de tener que pasarte el mes contando todos los días.
 ¿Cuántos tengo para gastar hoy?
Solo contaba con los gastos de comida, pero… Se sumó, la luz, el agua, y los hijos que llegaron después.
Todo hasta ahí, casi perfecto.
Pasó la primavera, bonita, el otoño, bueno, y en la actualidad nos encontramos en pleno invierno.
El sol cada día brilla menos, atrás se quedó las maravillas de la amabilidad, es como si estuviésemos gastados con el paso del tiempo.
Cincuenta años caminando al lado de mi esposo.
Cuando te despiertas, ¡qué bonito amanecer!  Pero… pronto empiezan los relatos, cualquier cosa es criticable, nada está bien hecho para mi esposo, por criticar, critica hasta el ruido que hacen los zapatos al ir caminando por la calle, dice que ande de otra manera.
Siempre soñé que mi vida iba a ser un camino de rosas, caminaba en mi mente siempre pisando un camino de pétalos blanco, igual que mis sueños.
¡Qué inocente!, con lo difícil que subir los escalones a mí paso por la tierra.

Años bonitos alrededor de la familia, pero la vida es el día, a día, y algunos son verdaderos nubarrones, descargando, y con ello te restan ilusiones que se pierden y nunca volverás a recuperar.
Ahora estamos en la etapa del  invierno.

¡Y, mira!, no hay un día que no descargue un aguacero.
En la mañana sale el sol y abriendo los ojos respiras profunda mente dando gracias a Dios por ver la luz.
Llegando este empiezan los relatos.
El café esta frío, este pan se desmigaja, no tiene nada que ver con el pan de antes. ¿Dónde tiene que ir hoy? Le pregunto.
¿Vamos de paseo? No, con tigo no puedo ir, pues, andas tan despacio que me cansas…

¿Quiere  que a la tarde vayamos al cine?  Al cine, no, con lo bien que se está en casa…
Así, una y otra cosa, todo tiene pega para mi esposo, Yo hubiera querido que durase siempre, su amabilidad.
Y a pesar de todo, hemos y somos un matrimonio normal, con nuestras pegas y protestas.
Así un día y el otro, seguiré caminando, hasta que Dios quiera.   

¿Será esto normal?

                                                             

                                                                 22/04/2016. Joaqui

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