martes, 9 de junio de 2020

El misterio del baúl







            Rosa llevaba mucho tiempo con la ilusión de ir unos días al pueblo donde nació.
           
Se dirigió al lugar, hacia aquella casa grande y vieja. Todo era nuevo. Una tarde subió al desván donde de pequeña se pasaba las horas buscando entre los enseres que allí se guardaban. Encontró el libro que su madre no había querido nunca que leyera hasta que se hubiera hecho mayor. Estaba escondido debajo de unas tablas sueltas en el suelo del altillo. Al quitar las tablas, descubrió un hueco en el que apareció el baúl de su madre.

Era de tamaño mediano, con remaches de oro donde guardaba su ajuar. Llevaba años intentando encontrarlo y ¡mira dónde estaba! Al abrirlo, no pudo evitar que de sus ojos resbalaran unas lágrimas. En su interior se escondían los tesoros de su madre: la diadema de su boda, un espejo roto, fotos de sus hijos, la máscara de carnaval, la pipa Vauen que utilizaba y que aún conservaba el olor a tabaco y en el fondo, el mantón de Manila negro. Al sacarlo, algo cayó al suelo. Se trataba de un puñal viejo.
           
En esos momento, la luz se apagó en un susurro y una voz de ultratumba, le gritó:

            — ¿Quién te da permiso para hurgar en el pasado familiar?

            Una sombra se apoderó del viejo baúl esfumándose junto a él, sin que ella pudiera hacer nada.



                                           Joaquina Campón.

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