domingo, 28 de junio de 2020

La pobreza



Fue una bella mujer, su vida transcurrió entre algodones y caprichosos.
En su juventud, los amigos la adoraban. Empezó a faltar el dinero y estos los falsos amigos iban desapareciendo.
Fermina, ha llegó a la vejez, y su vida transcurría en la más inmensa soledad. Cada mañana iba al mercado. Allí daba vueltas hasta que se adueñaba de alguna pieza para comer.
Siempre llevaba un bolso colgado del brazo y al menor descuido del dueño del puesto, se guardaba lo que tenía más cerca.
Una señora del mercado, la llevaba observando un tiempo, y un día se acerco, y empezó a hablar con ella.
La invitó a un café, en ese encuentro, Mercedes le reprochó su actitud y Fermina agachó la cabeza y le contó su vida.
            ─ ¿Ud. Sabe lo que es la pobreza?
            ─ ¿No, pero hay otras formas de vida?
            ─ ¿Dígame, cuáles?
            ─ ¿Por ejemplo, la familia?
            ─ ¡La familia, no me haga reír!, esa es la peor de todas.
            ─ ¡Mala experiencia ha tenido!
Por las circunstancias; ya olvidadas, hoy soy una mujer que vive de la caridad, o de adueñarme de lo que no es mío.
           ─ ¿Si Ud., quiere?, se viene a vivir a mí casa; eso sí, nada será gratis, tendrá que ayudar en las tareas cotidianas y ¡por supuesto, dejar de robar!
          ─ ¿No, no me conteste hoy?, quedamos para el lunes. Buenos días.

                                                     Joaquina Campón.

viernes, 26 de junio de 2020

La puerta del misterio





Siete de la mañana Juan puso rumbo al centro de trabajo, iba tan preocupado y sentía una opresión en todo su cuerpo. Al llegar al colegio, miró, y al no ver a nadie, se paró en la puerta del despacho de la directora, a  mirar por la cerradura para comprobar que nos había nadie dentro.

Estaba tan embebido mirando, que no escuchó unos pasos que se acercaban. En ese momento le pusieron una mano encima del hombro, y al mirar se encuentra a la directora junto a él.
        ─ ¿Qué hace Ud., aquí?
          dentro de una hora, le espero en el despacho.
        ─ ¿Me puede explicar qué hacia mirando por la cerradura?
          ¿Ha sido un momento de confusión, no volverá a ocurrir, lo siento?
             
        ─Márchese, hablaremos más adelante
Al final el día cuando se habían marchado el personal, volvió al despacho en busca de su carpeta y esta vez fue por la puerta trasera, ¡allí no lo vería nadie! Antes de entrar, miro por la cerradura, y allí estaban la directora y el secretario.
Juan se puso a escuchar, y la conversación giraba sobre el libro viejo. La directora y el secretario pretendían vender la institución, pero necesitaban el contenido del libro y para verlo se necesitaba la llave, ¡qué años llevaban buscando!

Él recuerda, que cuando se instalo el despacho de la directora, la mesa de tenía una forma especial. Y en el fondo de la mesa, se encontraban unos cajones y sus puertas eran cabezas de animales.

Cuando el vigilante estaba dormido, fue al despacho y buscó  debajo de la mesa.
Le llamó la atención la figura del león.
Puso los dedos en los ojos  del león y la tapa se abrió.
Sus nervios a flor de piel, introdujo la mano y sacó un pergamino enrollado y la llave sujeta a una cuerda. Lo cogió, sin olvidarse del libro.

En eso momento se oyeron unos pasos, era el vigilante. Se escondió detrás de las cortinas y al desaparecer, salió echando chispa.

Al llegar a casa puso la llave y se abrió el libro, Juan, vió unos pergaminos.
Los cogió y empieza a leer.

Estas institución le pertenecen de por vida, a los niños que la integran, no se venderá bajo ningún pretexto.
El último pergamino escrito en letra roja decía.
Siempre habrá niños pobres que lo necesiten.
Si esto no se cumple, caerá sobre quien lo vendiere, la maldición del león y los comerá vivos.

                                                      Historias de Cornejo.

jueves, 25 de junio de 2020

Elvira




Elvira vive en un palacete. Un buen día decide buscar esposo.  Va camino hacia el pueblo y se encuentra con un vecino.
       ─ ¿Adolfo, le invito a pasar unos días en mí palacio? Deseo casarme y sería bueno conocernos.
      ─ ¿Veo este asunto un poco raro? Pero iré.
       ─ ¿Cuándo desea que vaya?
       ─Mañana día treinta de Noviembre, ─ ¿le parece bien?
      ─ Sí.
El treinta de noviembre  se produce el encuentro. 
         ─ ¿Cuál es el trato; para la boda; claro?
Tiene que pasar unas pruebas. Mañana saldrá para el Pico Asiático,  hacía el castillo donde vive la bruja Espinosa, ella es la que tiene más poder que  todas las brujas juntas. Tiene que ir y hacerse amiga suya, con el fin de coger  la llave mágica.
        ─ ¿Cuántos días tengo?
        ─ Pocos, a ella le gustan los hombres y cuando le vea, querrá tenerlo para ella sola.
Puesto en camino y después de unas semanas se encuentra delante del castillo. Un sirviente lo lleva en presencia de la bruja.
Espinosa está  en una sala espaciosa con una chimenea preparando sus pócimas.
Adolfo es un hombre muy atractivo y Espinosa, lo contempla de muy buen agrado.
       ─ ¿Qué hace una  persona como Ud. por estas lejanas tierras?
     ─ ¿He salido a cazar con el Emperador Carlos V?, y me he extraviado.
La astuta de la bruja, duda de sus palabras. Pero el deseo de estar al lado de un hombre guapo es mayor. Consigue envolverlo en una nube y en ella, vuelan,  por el aire, dando vueltas al castillo. Adolfo está atónito entre tanta maravilla.   
Pasan la velada entre la cena y risas. Y le da bebe del caldo; que ella tiene para estas ocasiones, y al quedarse dormido le arranca unos pelos de la cabeza.
Que, Espinosa examina  lo que le dice su bola mágica, ella siempre le cuenta la verdad, y  se enfurece tanto que lo despierta.
       Le había creído, pero me ha mentido, por ello, desde hoy dormirás el sueño eterno, sentado en el principio de la balaustrada, le convertiré en la figura de piedra más bella del castillo.
Cuando pase, mis caricias le arán soñar.

                                                     Joaquina Campón.



miércoles, 17 de junio de 2020

La cocina




No falta en ninguna casa, en ella se transforman la mataría prima en salud para el hombre.

Suelen ser unas pequeñas salas, en las que el ama de casa, pasa parte del día. La luz es importante y un ventanal hermoso ayuda en las tareas.

Una alacena, frigorífico, mesa, taburetes, encimera, agua corriente, y el hogar.

Vamos seleccionando los ingredientes.

Cebolla, ajos, pimientos, carne, o pescado. Y con nuestras manos vamos dando forma; según convenga.

Puesta la sartén al fuego con su correspondiente aceite, que recibe con agrado, todo lo que allí se va echando.
Al introducir la cebolla en la sartén, oyes como se queja. Así, como el resto de los alimentos.

El ama de casa sigue sin escuchar los gritos.
Frito los ingredientes, se incorpora la carne, o, el pescado.  

De la cafetera se percibe el aroma del café recién hecho; para esto siempre se precisa una pausa saboreando y disfrutando el momento.

Sigue la tarea con acierto para transformarlos en ricos manjares. ¡Da igual!, una paella, un cocido, o, la famosa sopa de ajo, tan bien recibida por el estomago.

Gracias a las manos y la mente del ama de casa, los suyos disfrutan cada día.

                                                 Buenas tardes amigos