La escuela
La escuela que recuerdo de los años cincuenta,
cincuenta y cinco.
En esos años los profesores nos enseñaban cantando, oh!
a palos.
Cantando nos enseñaros, las matemáticas, geografía, en
fin, allí nos pasábamos cantando la mayor parte del tiempo.
De lengua, recuerdo poco. Si recuerdo los buenos
compañeros y las horas del recreo, esas eran largas. Un gran patio que
disfrutamos años tras año.
La hora de decir la lección era penosa. Una compañera
nos enseño, a que nos aprendiésemos la pregunta que nos pertenecía, según el
número que teníamos en la fila. ¡Qué torpes! Esto funcionaba siempre que no
faltase ninguna, y así, los palos se multiplicaban.
Dª Julia – la maestra- lo primero que ponía en la mesa
era la regla, -que era con lo que nos pegaba- Todas en fila cada una contestaba
una pregunta.
En la fila siempre éramos las mismas, todas estábamos
pendiente de que nadie fallase, porque a la siguiente nos tocaba de responder,
la que había fallado, y la nuestra.
-Vamos a ves, Juanita- ¿Qué río de España pasa por
Extremadura? – Juanita, no sé, yo no lo conozco-
Pon la mano. Juanita recibió su ración, pero eso no le
dolía sus ojos se clavaron en el resto de la fila.
Unas lloraban por la suerte que nos esperaba.
Paula, se miraba su mano y después miraba a Juanita.
Sus ojos se cerraban y abrían pensando en lo que nos esperaba.
De ahí, aprendimos que el libro había que estudiarlo
más.
Al salir al recreo- comentaba Juanita- yo no he visto
en Cáceres ningún río como el que dice Dª Julia, solo conozco ese que baña la
Rivera del Marco y de nombre, Ríos Verde, que tampoco he visto sus aguas.
Así pasamos entre risas y mirando de vez en cuando,
las manos dolorida por los golpes.
Lo que mejor se
nos daba eran los trabajos manuales. Una de las hijas de la maestra. Era una
artista en estos menesteres, y por supuestos ella no tenía vara. Con mucha
paciencia, hicimos trabajos dignos de exposición. También nos llevó a casa de
una profesora para dar clase de canto. Y nos llevó al un concurso al Gran
teatro. ¡Que por cierto ganamos uno de los premios!
Todo no iba a ser malos. Si en el reto de las
asignaturas nos hubieran puesto profesoras y nos hubieran tratado con más
cariño y sin miedo…
Fue los que nos tocó vivir, con esos recuerdos pasamos
media vida perdiendo el tiempo, hasta llegar a mayor.
19-8-2016 Joaqui.
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