Buenos tardes “tía” Nicasia
¿De paseo? Sí, voy a dar la vuelta a la manzana y con eso estiro las
piernas.
Le acompaño hasta ahí arriba, yo iré, un poco más
lejos. ¿Cómo estamos hoy? Regular, esta noche no he dormido, no sé, si ha sido
el calor, o por mis pensamientos.
¿La veo preocupada? pero ya sabe Ud. que en esta vida
toda las cosas tienen arreglo.
No sé, le llevo dando vueltas hace muchos años, y
siempre llego a la conclusión, que esta no es de la familia. ¡No diga Ud. eso!
Sí, cada vez lo tengo más claro.
Cuando éramos niñas ella estaba a lo suyo, y no tengo recuerdos
bonitos, ni en los juegos ni en el resto de la convivencia.
Vamos, ahora está Ud. enfadada por algo y eso no le
deja ver con claridad.
No, no es aso, esto no es nuevo y cada vez que rebusco
en los años de nuestra niñez, por más que lo intento, cada vez encuentro menos
cariño, sobre todo. Lo único que encuentro es su separación hacia mí.
No fue mi amiga.
Han ido pasando los años y su alejamiento ha sido cada
vez mayor. No sé, si es su carácter o, es que yo siempre espero más de los
míos.
Creo que el cariño tiene una cavidad, y ella no tiene
espacio para más.
¡No diga Ud. eso! Hay momentos en la vida que esos pensamientos
afloran, pero que pasado un tiempo, las cosas clarean, y no se ven igual.
Creo que sé lo que estoy diciendo, y ¡esta, no cambia!
Bueno señora, Nicasia,
sigo mi camino voy a lo alto del monte, a ver de ponerse el sol. Desde allí,
parece que el tiempo se para y mientras duran esos colores, todo parece mágico
y trasmite sensaciones imborrables.
Buenas tardes “tía Nicasia” mañana nos vemos.
1-8-2016 Joaqui.
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