Recuerdos de María
Mamá, como buena cocinera reciclaba todos los
alimentos que el día anterior no se había vendido en el bar.
Las sardinas y
boquerones fritos, los ponía en escabeche, y eran muy agradables de comer.
Así, conseguía dos cosas, alimentar a su familia y no
gastar más dinero.
Pero, con las tencas fritas, las pusiera en tomate o,
en salsa, no hacían buenas migas. Pero había que comerlas.
Las tencas al estar en este cambio, perdían su textura
y era más difícil de comer.
Normalmente las ponía en tomate, y María era incapaz
de comerse el pellejo, y cada vez que estaban estos alimentos en su plato, lo pasaba
muy mal. Le daba todas las vueltas habidas y por haber, hasta que con seguíamos que
terminase.
Papá era incapaz de entenderlo.
Y el día que tocaban las tencas lo pasábamos muy mal.
Y tuvimos que buscarnos un truco. Cogíamos trozos de
papel de periódico y los escondíamos debajo de las faldas.
Al terminar la comida papá se dormía de vez en cuando
y cuando le veíamos los ojos cerrados, aprovechábamos para poner el pellejo en
el papel y tirarlo.
Los mayores que pasaron una guerra y años de necesidad
no entendían que se desaprovechase unos bocados de comidas, para ello lo más
importante era comer.
16-7-2016
Joaqui.
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