jueves, 21 de julio de 2016

A la sombra del naranjo

A la sombra del naranjo
Ese que tantos momentos nos acogió en sus sombras.
Allí estaba Antonia sentada en el banco de piedra, pensativa y triste.
La mañana está fría, y su corazón late mirando el ayer. Ese ayer que no volverá y con ello solo nos quedan recuerdos, muchos buenos, otros regular.
De un soplo nos quisiéramos trasladar a esos momentos familiares donde todo era reír, y soñar, soñar con ese futuro  que tanto labramos y cuando llega, lo queremos cambiar. Por la juventud, la salud, la belleza ya extinguida por los años, estas arrugas que por mucho que las flotes, siguen intactas.
Antonia se queja de que sus movimientos lentos, y recuerda. Y dice -cuando yo era pequeña los chichos del barrio, nunca me alcanzaron en las carreras y ¡ahora! casi no puedo caminar.
Cuando aprenderemos a disfrutar del presente y tendremos el futuro ganado.
Antonia, vamos para casa, Juan tarda y nos esta esperando Maria para desayunar. Está empezando a llover.
21-7-2016   Joaqui.

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