Cuarenta y nueve años
Con el llevamos recorriendo el peregrinar del matrimonio.
Después de cuarenta y nueve años, no podemos
quejarnos, hemos salido de la juventud, de las obligaciones del trabajo, cuidar
a los hijos, nietos, y estamos en esa etapa que tu tiempo es solo tuyo, y
puedes hacer e ir donde quieras.
Lo que es la vida, ahora que puedes, no te mueves de
casa. Cuando no hace calor, hace frío, y
siempre tenemos pegas para salir.
Recuerdos de la boda, muchos y buenos. Ese día, como
manda San Julio, hacía un calor asfixiante, pero no importaba.
Los doscientos invitados, comieron y bebieron por
noventa y cinco pesetas, sí, sí, noventa y cinco pesetas que costó el cubierto.
Casi medio céntimo de euro hoy.
Y era muy bueno.
Cuando contamos las ganancias fueron tan buenas y nos sobró para ir de viaje.
llegamos a Mataró,- casa de mi hermana María- María era muy amante de sus familias, y nos acogió con mucho cariño.
Entre otras familias, estaba la que sería mi futura
cuñada._ Hoy casada con un hermano de mi recién estrenado esposo.
Un día su madre nos invitó a comer, allí llegamos a la
hora acordada.
Cada familia tiene sus costumbres y esta era especial.
Estuvimos esperando que llegasen los familiares -hermanos de Ana, mi cuñada-,
pero estos fueron llegando poco, a poco, y conforme llegaban, iban llenándose
sus platos, sin esperar a nadie. Mi esposo y
yo, en la cocina, viendo el movimiento que había en la famosa olla.
Pensaba, estos “¿?” no, nos dejan ni un garbanzo. Como así fue. Ellos eran ocho
hermanos, las novias, los novios, las tías y ¡no sé quien más pasó por ese famoso puchero!..
Nosotros teníamos que esperar que Ana y mi cuñado,
que saliesen del trabajo. Y claro, no era cosa de que nos sirviéramos nosotros. Y
entre otras cosas, nadie nos puso de comer. Pero veíamos que los garbanzos iban
desapareciendo.
Así fue, cuando llegó la hora, la olla estaba con un
poco de caldo.
La Pepa –madre de Ana- terminó haciendo unos huevos
fritos.
Muchas anécdotas.
Hemos llegado hasta aquí, con buena salud y muy
contentos con nuestros hijos y nietos.
Salud para recorrer el tiempo que nos falte.
En Cáceres a 30- 7-2016 Joaqui.