lunes, 14 de septiembre de 2020

La dote

El ajuar Las amigas estaban pasando la tarde en casa de María. Entre charlas y despellejar al vecino, pasaban las tardes. María presume de la dote que llevó cuando se casó, ¡en sus tiempos!, las madres se las ingeniaban para comprar el ajuar de sus hijas, ¡Por qué, para los hijos..!, Después que eran los que llevaban el sueldo a casa, para ellos, no había nada, al contrario, tristes por perder su sueldo. Así, eran algunas madres, y aún, quedan algunas. Encarna vio su copa vacía y fue a por la botella, y antes de consultar con María, fue al aparador a coger una copa de las que presume que, llevó en su dote. Sin esperar contestación ábrela puerta del mueble, y, cuál fue su sorpresa, al comprobar que esta hueco y en su interior solo está el suelo de la sala. Se echó a reír diciendo, ¡esta son las copas de tú dote! María reía y comentó, una noche escuché un estruendo y al llegar aquí, me encontré con toda la loza en el suelo hecha añicos. Todas reían al ver un mueble en el comedor con cuatro patas y dos puertas. Buenas tardes amigos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario