miércoles, 23 de septiembre de 2020
Otoño, preludio del invierno
El otoño
Las amigas de María estaban contentas, era la patrona de la Virgen de La Hispanidad, y todos los años, dentro de los festejos, el baile era lo más esperado.
María y sus amigas se preparaban para asistir.
Los vestidos domingueros las esperan. Compuestas, el grupo de amigas caminan al salón.
La alegría en sus caras, con cuatro pesetas en el bolso, para un refresco y algún puñado de pipas. El bolso hecho de tela ¡de un retal del vestido!, bolso pequeño, redondo, cerrado con una cinta que colgaba de su muñeca.
Esa tarde soleada llego a su vida un joven guapo que con una sonrisa y delicados modales la invitó a bailar. Lo mira, y extrañada duda si esa propuesta iba dirigida a una simple chica, chica corriente. Le miraba tan asombrada y pesó, ¡Se ha equivocado de persona!, seguro que viene a por la lista del grupo. Atónita esperó que volviera a proponerlo. Y, este, repitió,
— ¿Quiere bailar conmigo?
En ese momento le tomó la mano, que María le extendió gustosamente.
Su cuerpo experimento una sensación tan sumamente maravillosa que flotando en el aire recorrían la estancia. Le Miraba sin comprender como un chico tan guapo, se había fijado en ella.
Como el fuego su corazón ardía apoyada en sus brazos, brazos fuertes que cogido a su cintura bailaron sin parar. La tarde inolvidable pasó tragándose las horas a un ritmo acelerado, intenta con todo su corazón parar el reloj, pero él, no tuvo en cuenta sus ansiados deseos.
La nube que flotaba se fue desvaneciendo. La despedida puso fin al día, donde los sueños volaron, dejando el agridulce del deseo que toda chica, a sus catorce años, siente la necesidad ser abrazada por unas manos masculinas.
Al despedirse le dijo, mañana le llamo. María al llegar a casa guardo sus ropas sin lavar para no perder el olor de su príncipe encantado.
Le espera un día, semanas, sigue sin ver la luz.
Han pasado ¡Tanto tiempo!, María lleva detrás de esas cortinas carcomidas, esperando esa llamada, que entre cruzada se perdió en el pasado.
Sus sienes plateadas adornan su vejez, peinando cada mañana, no quiere ni pensar, que el tiempo pasado no volverá aferrada al recuerdo la soledad la consume lentamente.
Se marchitan las pocas flores, que a duras penas quedaban en las tristes macetas.
Los pájaros revolotean en la plaza, son los únicos que le dan compañía.
Buenas tardes amigos.
domingo, 20 de septiembre de 2020
El aburrimiento XXXII
El aburrimiento XXXII
A sola en el desván siempre buscaba las cartas para encontrar la solución a los problemas surgidos desde el robo de las monedas. El de las monedas lo tenía solucionado entregando estas al Monasterio de Guadalupe, pero en las cartas había muchos asuntos que tratar: El busto del tío Arturo, las cartas del espejo, y terminar de leer las procedencias de mis hermanas, esto me llevaría mucho tiempo y solo conseguí conocer la de mi hermana Gabina; la mayor. Las otras cartas estaban ilegibles y no sería posible encontrar las familias.
La carta número seis era la que correspondía a mi edad, las hojas estaban deterioradas pero conseguí encontrar a familiares de mi supuesta madre. Pude conectar con Dolores prima de mi madre, ella me puso en contacto con un primo suyo que a su vez trabajaron con Lola “mi supuesta madre” en Madrid.
Según Sebastián, “su primo” eran compañero de trabajo y su esposa; salía de paseo, con Lola e iban al cine, en fin, su amistad fue duradera.
Decidí ir a Madrid para ver a Sebastián.
Puse rombo a Madrid, hospedándome en el Hotel El Mirador Puerta del Sol, desde el balcón se veía el reloj de la plaza.
Por la noche anduve recorriendo esa zona tan maravillosa de Madrid, sus gentes animan con los grupos de cantos que se forman alrededor de ella, allí las movidas son cuantiosas.
Por la mañana llamé a Sebastián, no cogió el teléfono, anduve callejeando parte de la mañana y a medio día volví a llamar, esta vez lo cogió su hijo Juan, A Juan le comente el motivo y la necesidad de hablar con su padre y Juan me dice que su padre acaba de morir y que él no sabe nada de los amigos de aquellos tiempos.
Sentí tanta decepción que no sabía si correr, o llorar. Al final después de mucho meditar volví al hotel a saldar mi cuenta para volver a casa.
Buenas tardes amigos.
lunes, 14 de septiembre de 2020
La dote
El ajuar
Las amigas estaban pasando la tarde en casa de María.
Entre charlas y despellejar al vecino, pasaban las tardes.
María presume de la dote que llevó cuando se casó, ¡en sus tiempos!, las madres se las ingeniaban para comprar el ajuar de sus hijas, ¡Por qué, para los hijos..!, Después que eran los que llevaban el sueldo a casa, para ellos, no había nada, al contrario, tristes por perder su sueldo.
Así, eran algunas madres, y aún, quedan algunas.
Encarna vio su copa vacía y fue a por la botella, y antes de consultar con María, fue al aparador a coger una copa de las que presume que, llevó en su dote. Sin esperar contestación ábrela puerta del mueble, y, cuál fue su sorpresa, al comprobar que esta hueco y en su interior solo está el suelo de la sala.
Se echó a reír diciendo, ¡esta son las copas de tú dote!
María reía y comentó, una noche escuché un estruendo y al llegar aquí, me encontré con toda la loza en el suelo hecha añicos.
Todas reían al ver un mueble en el comedor con cuatro patas y dos puertas.
Buenas tardes amigos.
jueves, 10 de septiembre de 2020
Inscricion a fuego
La inscripción a fuego
Juan al volver del trabajo cruza la gran Avenida del Arco Triunfal son la siete de la tarde.
Al pasar por la taberna de Pancho “el tabernero” sentado entorno al velador.
Están sus amigos jugando al dominó, fue a su encuentro, empezaron la partida acompañada de unos vasos de vino. La mesa era rectangular la estructura de forja negra la encimera de mármol Blanco. Juan siempre se sentaba en el mismo lugar mirando el reloj de la torre.
Él acariciaba la mesa mimando cada nudo de ella. Enrique cuando pierde se enfurece y paga dando puños a la mesa. A Juan le duele su actitud y comenta.
¡Qué culpa tendrá la masa! Los otros se ríen, habían conseguido tomar la ronda gratis.
Se marcharon los amigos, y se quedó pensativo seguía sentado acariciando el mármol.
Pancho se acerca a la masa, se disponía a limpiar, en ese momento él le dijo.
─Deja los paños, yo limpio.
─Como tú quieras.
Limpio con suavidad cada tramo de la mesa.
Un relámpago le hizo sobresaltar, llovía igual que el día que enterró a Leonor “su hija”.
En el patio número cinco del Campo Santo. Grabó la inscripción y sus ojos bañaron las letras sirviendo de tinta para quedar impregnada en la piedra.
El viento esculpe la parte banda de la roca, a su paso por ella, ahonda en las piedras formando figuras para el disfrute del hombre.
Él, creo formando volúmenes y entregando todo, en su última obra y en ella expresa su más profundo dolor.
Joaquina Campón.
miércoles, 9 de septiembre de 2020
La señora Blasa
Jacinto sentado en lo más alto del monte, dando vueltas a la pluma, su cabeza le irradia las ideas que transporta por medio de ella al papel. En las hojas en blanco van apareciendo ríos de tinta, dándoles la forma y colorido, para que el público se embelese y atraer al lector, dando formas a sus ideas
Va vertiendo su veneno que el lector bebe, y les cuenta las historias que pasan alrededor.
Hoy ha contado la de la señora Blasa.
Blasa fue una bella mujer. Se caso con un hombre adinerado, su vida transcurría entre la casa y ayudando en la empresa del marido.
Un día Germán –su esposo, se acercó a ella y con mucho mimo le dijo.
— Márchate para casa, allí haces más falta.
Blasa coge el bolso y en la puerta se craza con un señora más joven que ella. Se dieron los buenos días y cada una siguió su camino.
Esto empezó a repetirse con frecuencia, y sospechas que es mucha casualidad.
Un día salió y dando un corto paseo, volvió a la empresa, entró sigilosa y los encuentra en la cocina bebiendo una botella de champán.
Germán no sabía que decir, pues nunca tuvo unas malas palabras para ella.
Se acerca a su esposa y la invita a que comparta con ellos la bebida.
Blasa se enfurece y se marcha. Al llegar a casa hace las maletas y se marcha a recorrer mundo.
Al bajar de la nube observa la tormenta de humo que rodea esta absurda vida por dónde camina el hombre.
Jacinto se sacude la ropa y camina monte abajo.
Buenas tardes amigos.
viernes, 4 de septiembre de 2020
Historias de Cornejo. Cumple año de papá
Un día más a la sombra de los recuerdos que tantas horas llevaste de la mano a tus seres queridos.
El tiempo pasó deprisa como relámpago iluminando tu casa, con ellos auguraban largos años de dicha.
Tu luz se apagó y quedaste a los tuyos en las más inmensas tiniebla.
Cada cumple año eras el primero en felicitarnos, disfrutabas viendo la cara de los tuyos. Me gustaría que volvieran esos tiempos, pero la vida tiene un recorrido corto y el final llega.
Sombras es lo que queda de la unión familiar, esas sombras que oscurecen el pensamiento, cuando llega el día señalado.
Aunque no estés, siempre será recordado como un día especial.
Un fuerte abrazo de corazón para ti, y para las dos que tienes al lado.
Muchas felicidades al padre más bueno y cariñoso.
Un fuerte abrazo para los tres.
miércoles, 2 de septiembre de 2020
Noche amarga
Raúl quedó en reunirse con su hijo, en el camino, le sorprendió una tormenta que le impide avanzar, el coche se paró, y desde él observó que no muy lejos se veía una luz.
Después de una lucha feroz contra el barro llegó a la casa.
Los ladridos del perro alertaron a la dueña.
Una mujer joven le estaba esperando en la puerta, le invitó a entrar. Él le explicó la odisea.
No tiene medios para seguir, ella le sugiere compartir su cena.
Al terminar, sentados frente al fuego. Marina con su timbre de voz dulce y sonora, le fue contando lo feliz que había sido en su matrimonio. Él marido se marchó una noche y unos jabalíes lo mataron. Y el resto de su vida ha ido rodando alrededor de la soledad. La soledad que sus labios enumeraron con cada historia que relató sin tristeza a pesar del sufrimiento.
De esa manera pasó la noche, entre las historias de ambos.
Por la mañana, Raúl poniendo pies en tierra, se despidió diciéndole, hasta pronto.
Historias de Cornejo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)