Tres de la
madrugada con los ojos como platos nos preguntamos ¿por qué?
Esas horas tan
deseadas durante el día y llegando la noche… En frente del escritorio se
encuentra la foto familiar, ¡la última que hemos conseguido en familia! Festejando la salida del año viejo. Todos
contentos y algunos con una copa demás. El grupo completo sonriente y muy
guapo. Esa noche cada uno ha elegido sus mejores galas. Estaba sentada al lado de Vicentino y
empezó a comentar lo bien que lo pasamos en el campo y recordando en día que se
le ocurrió coger la Báscula de pesar el trigo o las ovejas. No se le ocurrió
otra cosa que pesarnos a las mujeres. Puso un cojín en el plato y nos fue
colgando igual que a los borregos. Entramos nuestro cuerpo por las cadenas que sujetaban
el plato. Las risas no faltaron ¡qué bien lo pasamos! Días como ese fueron muchos.
Cogimos aceitunas y uno de los días mamá nos hizo café, fue tan contenta a darnos
un vaso caliente para paliar el frío y mamá se despistó y en vez de azúcar le echó
sal. Todas las anécdotas están gravadas y salen en el momento de las reuniones.
Foto familiar que
no volverá a repetirse, ¡no por gusto! Vicentino mi querido cuñado nos ha dicho
el adiós definitivo. Hombre callado y muy paciente con todos, muy trabajador y
amante de los suyos.
Desde la foto
todos me miran asombrados de que esté despierta a estas horas yo, “cabreada”
por estarlo. ¿Qué pinto levantada con lo bien que se está en la cama? Noches de
insomnios. La noche está tranquila la mente torpedeando y arruinando esa paz
que no llega.
Espero que esta noche
sea dormir y dormir…
2-3-2018
Joaqui.
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