martes, 27 de marzo de 2018

Aquella vez




Por qué tuvo que llegar. Te esperé toda la noche tú en el bar con el grupo de amigos. El niño enfermo llovía torrencialmente. El médico no hizo su aparición, las horas fueron eternas. Se  iba  y lo único que podía hacer era abrazarlo.
Al llegar la mañana él se había marchado, su viaje sería largo y mi pena la arrastraría.
Por la mañana sonaron unos golpes en la puerta, al abrir te encontré tirado en el suelo, borracho, ¡cómo de costumbre! volví a cerrar, allí no te quería, deseé tanto tu presencia en la horas criticas, Paolo te llamaba constantemente y su papá no apareció.
Ahora, no necesito a nadie, mí dolor no tiene cura.
Vete, vete lejos, cuanto más mejor, y no llores, hay que estar en el sitio adecuado con los tuyos y dejar a los amigos, esos que solo quieren tú dinero, sí, tú dinero y mañana se reirán ¡cómo siempre!
El pueblo me viene pequeño y poner tierra por medio es lo mejor.
En cualquier rincón del mundo encontraré consuelo abrazada a mis recuerdos.

                                     20-3-2018   Joaqui. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario