Al rato entraron unos chicos.
Pidieron unos vinos. Y, se pusieron a
cantar flamenco. Empezando por unas bulerías, seguido de fandangos y rematando con unos tangos portugueses. Fue una noche
inolvidable para todos los presentes. Incorporándose algunos de los vecinos que
ya estaban descansando.
Pasada unas horas llegaron los guardias
y se tuvo que callar el cante. Los bares se cerraban a las doce de la noche
-Por aquella época-. Para Algunos fue una
pena dejar la fiesta. Juan le dio las gracias al cantate y no le cobró la
consumición
En la calle se pusieron a discutir entre
ellos. Las voces iban cada vez en tonos más alto. Hasta que el murmullo se convirtió
en pelea. Se pegaron entre ellos. Gracia que los municipales estaban cerca y
los separó. Al parecer estos chicos, en ellos eran acostumbrados a terminar
así.
21-4-2017 Joaqui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario