miércoles, 28 de septiembre de 2016

Recuerdos del pasado



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Primera parte 


Recuerdos del pasado
Recordando los años de mi niñez. Me llega a la mente los sacrificios que hacen los padres para llevar su hogar.  Mis padres estaban muy sacrificados con su trabajo, y con el inconveniente de vivir a una hora de camino. Desde casa, al trabajo.
El camino era largo y descampado. En invierno, mucho frio, en verano era horrible las horas de calor.
La empresa le obligaba a trabajar muchas horas, y le robaba parte de la noche. 
Para ir a casa a esas horas de la noche en verano, no era problemas, pero de día no se podía soportar una hora andando bajo el ardiente sol de Extremadura.
 En las noches del crudo invierno de nuestra tierra, esto era muy penoso, ¡y no solo en las noches!, de día era igual de malo. El camino era una carretera despoblada sin casas ni nada en que cobijarte. Así se pasaron siete años de su vida, y muchas veces, con los hijos a cuesta.
Como la vez que por causas –que ahora no proceden- caí en un brasero, quemándome las manos y a consecuencia de ello, estuve dos años subiendo a la consulta del médico a curarme. ¡Claro con dos años!, el que le tocó de ir y venir, fue a mi padre. Este cogía el camino todos los días y me encaramaba en sus hombros y a recorrer el largo trecho que nos separaba. Horas para subir, y otras tanto para bajar. Con frío, lluvia y la pena de llevar a su hija a pasar un mal rato hasta que pasaba el tiempo de cura.
 Papá compró un terreno cerca de la empresa familiar. La primera casa estaba a una hora,-andado- la segunda estaría a cinco minutos.
El terreno en cuestión le costó, doscientas pesetas, sí, doscientas pesetas. Cientos treinta metros cuadrados. Que distribuyó, sesenta metros para el patio, y el resto, para tres habitaciones, comedor y cocina. 29 -9-2016 Joaqui.

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