La ciudad del
silencio
Una ciudad
no deseada. Las calles bastante anchas para su tránsito ¿Cómodas?
¡Regular! Tienen demasiada pendiente.
Pero,
se vive bien y tranquilo. Los inquilinos son muy educados, y saben estar al
lado de sus vecinos.
Ellos
no molestan cuando entran a des hora en su vivienda, ni cuándo se van a la
cama, y al quitarse los zapatos en la madrugada, no los tiran al suelo, para despertar
al del piso de abajo, o, a los bebes que duermen.
Ni
protestan, si el de arriba no le gusta la siesta, y se pasa la tarde sentado en
su puerta.
En
una reunión nocturna han acordado que en su interior no circulen los coches;
solo se circulará cuando haya un vecino enfermo, eso sí, con todo el respeto
para no molestar.
Hablar
se habla bajo, y esto es de agradecer.
Les
gustan mucho las flores, y no falta en sus puertas.
Por
las noches salen a tomar el fresco, sus casa son pequeñas y dentro hace calor.
Cada
uno se sienta cerca del portal, los escalones de la calle sirven de asientos.
Los
más jóvenes pasean, pero no salen del recinto.
Hoy
ha hecho una vecina los años, pero no quiere que la feliciten, porque no quiere
cumplir más.
Como
cambia el mundo, unos desean cumplir años, para vivir más tiempo y con ello
poseer riquezas y bienes materiales, cuanto más, mejor. Pero en la Ciudad Del
Silencio, opinan todo lo contrario, no desean más que los dejen en paz, el
recto les sobra.
Ellos
no labran, son como los pájaros, las necesidades del alma las tienen cubiertas.
Allí
no existe el odio, la envidia, el rencor, por eso viven en paz.
Vecino
del 5º D, es muy gracioso, cada vez que sale a tomar el sol, y en su umbral ve
las Flores dice; ¡Qué manía de traer flores, yo quiero un bocadillo de jamón!
Así
pasan los días en la Ciudad Del Silencio.
16-9-2016 Joaqui.
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