viernes, 30 de septiembre de 2016

Recuerdos del pasdo



Tercera página                                                    3

Esa noche a las dos de la madrugada Juan, echó a andar, su único deseo era llegar pronto y descansar.
 Al salir del trabajo, después de una jornada y penosa, por la lucha con los clientes, tuvo que andar el kilómetro que le separaba del trabajo a casa.
En mitad del camino se encontraba el Campo Santo. No junto a la carretera, pero cerca. Cuando a papá le tocaba pasar esta zona, nunca iba despacio, tampoco corría, pero aligeraba el  paso todo lo que podía.
Pero esa noche al pasar por allí, escuchaba  voces y se veía en lo alto cerca de la puerta del cementerio una hoguera. Y aligeró el paso los más que pudo. Muchas veces comentaba, que cuando pasaba por allí las voces no parecían de humanos y recordaba que algunas les eran conocidas, de alguien que ya se había marchado al más allá. El silencio de la carretera era lo  peores al final del día.
Siempre cuando llegaba a casa mamá se levantaba, lo estaba esperando con la cena puesta en la mesa.
Y si no despertaba alguna de sus hijas, para pedir agua o un “cacho” de pan, podría dormir hasta las seis de la mañana, a esa hora  tocaba el reloj y empezaba su tarea  para seguir haciendo su nueva casa, y seguir trabajando para los suyos.

                                           30-9-2016 Joaqui.

Recuerdos del pasado



Recuerdos del pasado
Tercera página                     

Esa noche a las dos de la madrugada Juan, echó a andar, su único deseo era llegar pronto y descansar.
 Al salir del trabajo, después de una jornada y penosa, por la lucha con los clientes, tuvo que andar el kilómetro que le separaba del trabajo a casa.
En mitad del camino se encontraba el Campo Santo. No junto a la carretera, pero cerca. Cuando a papá le tocaba pasar esta zona, nunca iba despacio, tampoco corría, pero aligeraba el  paso todo lo que podía.
Pero esa noche al pasar por allí, escuchaba  voces y se veía en lo alto cerca de la puerta del cementerio una hoguera. Y aligeró el paso los más que pudo. Muchas veces comentaba, que cuando pasaba por allí las voces no parecían de humanos y recordaba que algunas les eran conocidas, de alguien que ya se había marchado al más allá. El silencio de la carretera era lo  peores al final del día.
Siempre cuando llegaba a casa mamá se levantaba, lo estaba esperando con la cena puesta en la mesa.
Y si no despertaba alguna de sus hijas, para pedir agua o un “cacho” de pan, podría dormir hasta las seis de la mañana, a esa hora  tocaba el reloj y comenzar su tarea  para seguir haciendo su nueva casa, y seguir trabajando para los suyos.

                                           30-9-2016 Joaqui.


jueves, 29 de septiembre de 2016

Segunda parte recuerdos del pasado



2
Papá empezó a construir su propia casa
Las horas de trabajo se le multiplicaron, pues de día y parte de la noche se le iban en el bar. Y se tenía que levantar temprano para hacer la casa nueva. ¡Descansar! Pocas horas, papá se pasaba un tiempo en la casa nueva y el resto en el bar.
Los tiempos no eran boyantes para contratar a un operario y tuvo que trabajar solo. Las hijas –María y yo- le ayudamos lo poco que podíamos, con siete y nueve años, poco podíamos hacer.  Lo ayudábamos a hacer la masa, poner los ladrillos en agua y dárselo en la mano para que papá no bajase del andamio, y la masa, las esportilla le echábamos poca cantidad, nuestras fuerza no eran muchas, así ayudamos en lo que podíamos.
Papá siguió construyendo una de las ilusiones más grandes que le dio a mamá, ella fue muy afortunada. Disfrutó muchos años de ella y supo conservarla.
Pero lo que es la vida, pasan los años y nadie se acuerda de los sacrificios que ellos hicieron en esos años. Todo olvidado por el resto de la familia. Ahora estamos deseando que se venda y coger las cuatro perras que nos pueden dar.
En aquellos años, recién construida le  salió un comprador  y le ofrecieron un buen dinero. Pero, Papá sabia la ilusión que tenía mi madre, y no acepto.
Estos y muchos sacrificios hacen los padres, pero nunca se tienen en cuenta.
Tuvo que contratar a unos operarios para poner las vigas, el resto lo hizo él. Cavar para hacer los cimientos, que fue rellenando con piedras y cemento. Allí echó buena parte de sus ilusiones, María y yo, le ayudamos a echar piedras alrededor de toda la cimentación.
Un día que estaba cavando en medio de la calle para entrar los tubos de saneamiento, al cavar se encontró con un profundo hueco de grandes dimensiones. Llamó a los demás vecinos

Segunda parte



2
Papá empezó a construir su propia casa
Las horas de trabajo se le multiplicaron, pues de día y parte de la noche se le iban en el bar. Y se tenía que levantar temprano para hacer la casa nueva. ¡Descansar! Pocas horas, papá se pasaba un tiempo en la casa nueva y el resto en el bar.
Los tiempos no eran boyantes para contratar a un operario y tuvo que trabajar solo. Las hijas –María y yo- le ayudamos lo poco que podíamos, con siete y nueve años, poco podíamos hacer.  Lo ayudábamos a hacer la masa, poner los ladrillos en agua y dárselo en la mano para que papá no bajase del andamio, y la masa, las esportilla le echábamos poca cantidad, nuestras fuerza no eran muchas, así ayudamos en lo que podíamos.
Papá siguió construyendo una de las ilusiones más grandes que le dio a mamá, ella fue muy afortunada. Disfrutó muchos años de ella y supo conservarla.
Pero lo que es la vida, pasan los años y nadie se acuerda de los sacrificios que ellos hicieron en esos años. Todo olvidado por el resto de la familia. Ahora estamos deseando que se venda y coger las cuatro perras que nos pueden dar.
En aquellos años, recién construida le  salió un comprador  y le ofrecieron un buen dinero. Pero, Papá sabia la ilusión que tenía mi madre, y no acepto.
Estos y muchos sacrificios hacen los padres, pero nunca se tienen en cuenta.
Tuvo que contratar a unos operarios para poner las vigas, el resto lo hizo él. Cavar para hacer los cimientos, que fue rellenando con piedras y cemento. Allí echó buena parte de sus ilusiones, María y yo, le ayudamos a echar piedras alrededor de toda la cimentación.
Un día que estaba cavando en medio de la calle para entrar los tubos de saneamiento, al cavar se encontró con un profundo hueco de grandes dimensiones. Llamó a los demás vecinos.
                                       29-9-2016  Joaqui.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Recuerdos del pasado



1

Primera parte 


Recuerdos del pasado
Recordando los años de mi niñez. Me llega a la mente los sacrificios que hacen los padres para llevar su hogar.  Mis padres estaban muy sacrificados con su trabajo, y con el inconveniente de vivir a una hora de camino. Desde casa, al trabajo.
El camino era largo y descampado. En invierno, mucho frio, en verano era horrible las horas de calor.
La empresa le obligaba a trabajar muchas horas, y le robaba parte de la noche. 
Para ir a casa a esas horas de la noche en verano, no era problemas, pero de día no se podía soportar una hora andando bajo el ardiente sol de Extremadura.
 En las noches del crudo invierno de nuestra tierra, esto era muy penoso, ¡y no solo en las noches!, de día era igual de malo. El camino era una carretera despoblada sin casas ni nada en que cobijarte. Así se pasaron siete años de su vida, y muchas veces, con los hijos a cuesta.
Como la vez que por causas –que ahora no proceden- caí en un brasero, quemándome las manos y a consecuencia de ello, estuve dos años subiendo a la consulta del médico a curarme. ¡Claro con dos años!, el que le tocó de ir y venir, fue a mi padre. Este cogía el camino todos los días y me encaramaba en sus hombros y a recorrer el largo trecho que nos separaba. Horas para subir, y otras tanto para bajar. Con frío, lluvia y la pena de llevar a su hija a pasar un mal rato hasta que pasaba el tiempo de cura.
 Papá compró un terreno cerca de la empresa familiar. La primera casa estaba a una hora,-andado- la segunda estaría a cinco minutos.
El terreno en cuestión le costó, doscientas pesetas, sí, doscientas pesetas. Cientos treinta metros cuadrados. Que distribuyó, sesenta metros para el patio, y el resto, para tres habitaciones, comedor y cocina. 29 -9-2016 Joaqui.